martes, 16 de abril de 2013

La buena práctica a nivel de aula y de centro en Ses Païsses


"La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica" (Aristóteles)

Si la sociedad cambia y si varían los sistemas de producción, ¿la escuela, como ente motor del cambio de esta sociedad, se estará también transformando?
Este interrogante no es fácil de responder, ya que, en el ambiente escolar, el clima organizativo, la forma de practicar la docencia y los sistemas de formación de la mayoría de los profesores son muy similares a los del siglo pasado, pero se aprecian oportunidades de renovación.

Respecto a estas oportunidades y transformaciones que se hacen evidentes, distintos autores y publicaciones van planteando, van señalando, por ejemplo, que, en la esfera pedagógica, «ha habido un cambio paradigmático de indudables consecuencias: la educación ha pasado de un paradigma “instruccional” que acentúa la enseñanza y el profesor, a un paradigma “personal”, centrado en el aprendizaje y en el alumno que aprende» (Beltrán y Pérez, 2003).

Estamos viviendo, por consiguiente, en una sociedad del conocimiento, donde la «información que está ahí es fácilmente accesible para todos y el profesorado siente que ya no es su único depositario, sino que debe formar al alumnado en el uso de las herramientas necesarias para localizarla y transformarla en conocimiento» (García, 2004), situación que requiere de profesionales de la educación que estén en una actualización constante para satisfacer dichas demandas. Es sabido que, si no se cuenta con los profesores como aliados de la innovación y el cambio, es probable que las propuestas de mejora se queden sólo en planteamientos teóricos de buenas intenciones.

(CANALES, R. Y MARQUES, P.: Factores de buenas prácticas educativas con apoyo de las TIC)

¿Qué consideramos buena práctica educativa?

Según he podido observar, las definiciones que más se ajustan a lo que considero una buena práctica educativa son las dos siguientes:

-          Las intervenciones educativas que facilitan el desarrollo de actividades de aprendizaje en las que se logren con eficiencia los objetivos formativos previstos y también otros aprendizajes de alto valor educativo”.

-          Un proceso de cambio que debe incidir en las formas de construcción del conocimiento, en la configuración de nuevos entornos de enseñanza-aprendizaje y en la transformación de la cultura escolar y docente”.

Según lo indicado anteriormente, y reflexionando sobre las buenas prácticas que se realizan en el centro de Ses Païsses, podría determinar que aún a pesar de que es cierto que la sociedad actual está cambiando y que vivimos rodeados de muchísima información y nuevo conocimiento, en el centro todavía no se incluyen las TIC como herramientas de aprendizaje y desarrollo de las capacidades de los pequeños. Así pues, teniendo en cuenta este hecho, me centraré en la metodología llevada a cabo a la hora de realizar diversas actividades.

BUENA PRACTICA DE AULA

 La diada de Sant Jordi

La semana pasada, aprovechando que se avecinaba el día de Sant Jordi, la tutora de mi aula decidió, a partir de unos dibujos plastificados, explicarles la leyenda de Sant Jordi tres días antes del día señalado.

La leyenda narraba la historia de un dragón que comía fruta y verdura y desde hacía tiempo no encontraba sustento en ningún lugar. Un día, mientras sobrevolaba la ciudad de Ibiza se encontró con una joven princesa, asomada a la ventana de su alcoba, que suspiraba y se lamentaba por no encontrar a nadie con quien jugar. Resulta que entre el dragón y la princesa surgió la amistad. La princesa le ofreció un gran manjar a cambio de que la llevara a lomos y sobrevolaran juntos la ciudad. Así fue como el pueblo, aterrado por la presencia del dragón quien llevaba consigo a la princesa avisó al rey de la noticia quien a su vez decidió llamar al caballero Sant Jordi para ir en su rescate.

El caballero consiguió dar con la princesa y el dragón, enseguida se enfrentó a éste quien al sentir el peligro huyó y se escondió en una de las cuevas de Ibiza… aún hoy nadie sabe cuál…

El caballero quedó prendado de la princesa y como muestra de ello le regaló una rosa, la princesa, a su vez, para mostrarle su gran afecto le regaló un libro.

El primer día los niños escuchaban con atención el relato. Intervenían y comentaban entusiasmados aspectos sobre el dragón, la cueva, el caballero…

El segundo día, la maestra ya les hacía preguntas como: “¿Recordáis que comía el dragón?” “¿Dónde se escondió?”

Ambos día la tutora utilizó el espejo del aula para ir enganchando las imágenes conforme explicaba la leyenda, y los niños permanecían sentados alrededor de la colchoneta. Sin embargo, el día de Sant Jordi, la tutora utilizó los propios recursos del aula para ambientar el cuento, esta vez los niños se sentaron en las diferentes mesas.

La maestra les iba explicando de nuevo la leyenda, haciéndoles partícipes a ellos, utilizando los rincones del aula y desplazándose por todo el espacio (la cocinita para representar el momento en el que el dragón comía fruta, el rincón del mar para cuando se escondió en la cueva el dragón, etc.). Observé que los niños estaban muy absortos en la historia.

Actividad con algas marinas
 
Otra buena práctica de aula: el día que experimentaron los niños con algas marinas.

El aula tiene un porche, cerrado con grandes ventanales de aluminio, a través del cual los niños salen al patio. El día que se realizó el experimento, cubrimos todo el suelo de una gran cantidad de algas marinas y, en un extremo del porche colocamos una mesa cubierta con papel de mural, trazos de pintura de diferentes colores y algas sobre la mesa.

Esta experiencia fue de gran motivación para los niños. Hubo quien se pasó prácticamente todo el rato experimentando con las algas, lanzándolas al aire, pisándolas, tocándolas, etc. Otros enseguida se dirigieron a la mesa y, sin ningún tipo de instrucción prefijada, cogían las algas y las deslizaban sobre el papel de mural a modo de pincel.

 
 

BUENA PRACTICA DE CENTRO

 Celebrando un cumpleaños

Entre otras, me parece una buena práctica de centro la manera en cómo se lleva a cabo la celebración de cumpleaños de aquellos niños que durante el curso cumplen un año más.

Es costumbre que algún familiar de dicho niño traiga al centro un pastel, habitualmente hecho en casa. Durante el almuerzo, el niño protagonista lleva una corona de cumpleaños hecha en el propio centro y, entre todos los compañeros, de todos los niveles, una vez han acabado de desayunar, le cantan el cumpleaños feliz. Luego el pastel se reparte entre todos los niños presentes.
 

Grupos heterogéneos
 
Otra buena práctica a nivel de centro: Los grupos heterogéneos.

Durante el trimestre anterior se realizó el proyecto del mar en todas las aulas. Una vez por semana, en un espacio interior del centro, se preparaban varias mesas con gran contenido marino: agua, conchas, esponjas, sal, arena, etc. y aproximadamente 4 niños de cada una de las aulas compartía ese espacio y ese momento de experimentación con el resto.

Resultaba muy interesante observar a los niños de tan distintas edades, desde un año hasta tres, manipulando y experimentando con el material diverso.


 
¿Por qué las considero buenas prácticas?

En primer lugar, si me centro en el diseño y planificación de dichas actividades, observo lo siguiente: las prácticas responden a las demandas de los niños, del profesorado y también de las familias; los objetivos fijados están en consonancia con el contexto y los niños; se incluyen en la planificación, aunque en algunas de las actividades de manera indirecta, objetivos, competencias, contenidos y metodología y por otro lado están previstos los espacios, los momentos, los medios y los recursos necesarios para su desarrollo. Además el profesorado responsable de la práctica funciona como equipo, desarrollando un trabajo colaborativo. Por último también observo que la mayoría de las veces se prevé la cooperación con las familias cuando es necesaria para el desarrollo de la práctica.

En segundo lugar, basándome en el desarrollo de la práctica, observo que la metodología utilizada resulta adecuada para la consecución de las competencias y objetivos programados; los pequeños muestran interés y motivación hacia las actividades propuestas; se respeta la planificación en lo referente a espacios, tiempos, apoyos y recursos; no se aprecian conflictos y tensiones entre el personal del centro y por tanto se establece un clima de confianza en el éxito por parte del  profesorado.

En tercer y último lugar, en cuanto a la valoración, aún a pesar de que no emplean diversos instrumentos ni registros para la recogida de datos y, por tanto, no parece existir una evaluación directa de la práctica, observo que la mayoría de veces se valora la implicación del trabajo por competencias a través de los resultados de la propia práctica mediante las propias reacciones de los pequeños. Si bien es cierto que hay ciertas prácticas que se mantienen  a lo largo de los diferentes años académicos y, que dan muy buenos resultados (como por ejemplo la práctica de grupos heterogéneos) las prácticas más innovadoras (como por ejemplo la de la leyenda de San Jordi) también han sido exitosas.

 
Por consiguiente, y como conclusión, personalmente considero que una buena práctica, es aquella que, atiende a las necesidades de los pequeños, les ayuda a desarrollar y fomentar al máximo sus capacidades y, por otro lado presenta una mínima estructuración y previsión pero mantiene cierta flexibilidad.
Las cuatro prácticas comentadas presentan estos matices. Evidentemente también observo detalles que me hacen reflexionar, como por ejemplo en la actividad del día del cumpleaños me pregunto: ¿qué pasa con aquellos niños que no cumplen años durante el curso escolar?¿Y aquellos que las familias no se involucran y no traen ningún pastel para compartir?’
¿Experimentan los pequeños esta experiencia como satisfactoria  y especial independientemente de que ellos nos lleguen a ser los protagonistas?

No obstante, sigo considerándola una buena práctica. Es un momento en el que se le da el protagonismo a uno de los niños y a la vez a todos. El hecho de dividir el pastel no únicamente entre los compañeros de clase del niño en cuestión sino entre todo el centro creo que es una muy buena filosofía en cuanto a cultura de centro, este hecho puede hacer sentir especiales a todos los niños.

 
Justificación de las competencias

3.1 Durante mis reflexiones suelo hacerme preguntas que me ayudan a mejorar mi práctica
4.1 Habitualmente intento apoyarme en la teoría aprendida para fundamentar mis propias opiniones.

Comentario sobre tres buenas practicas

Después de leer diferentes blogs de compañeros y, tras hacer una selección de algunos de los temas sobre los que me gustaría comentar diversos aspectos, tengo que decir que no ha sido tarea fácil. Es fabuloso leer las experiencias que están teniendo los compañeros y ver cómo a través de sus reflexiones hallan interesantísimas conclusiones, algunas más hipotéticas y otras llevadas a la práctica.

A continuación detallo la lista de las tres buenas prácticas que he comentado:


BUENAS PRACTICAS: LA EXPERIMENTACIÓN
BUENAS PRACTICAS: LAS FAMILIAS
BUENAS PRACTICAS EDU: LA ASAMBLEA
Justificación de las competencias
1.3 Dado que he accedido y revisado alguno de los blogs de mis compañeros para poder ampliar el abanico de posibilidades respecto a la selección de las buenas prácticas así como para aprender de sus comentarios y reflexiones aportadas.
4.2 Puesto que la propia selección implica que identifique lo que yo considero una buena práctica y por tanto me permita compararlo con la vivencia en el centro dónde yo realizo las prácticas.
4.1 Con el fin de justificar la selección final he buscado referentes teóricos que me ayuden a respaldar dicha selección.

 
 
 


jueves, 11 de abril de 2013

Buenas prácticas 0-3 años

«Si caminas solo, podrás ir más rápido, pero juntos llegaremos más lejos.»
Me resulta curioso observar como unas maestras, de un hecho en apariencia cotidiano y sencillo, como es el de llegar a clase con paraguas un día de lluvia, han sabido sacarle provecho a esta simple acción, aprovechándola para fomentar el trabajo cooperativo y en equipo. Este ha sido el motivo principal por el cual he escogido esta práctica
¿Por qué considero importante fomentar el trabajo cooperativo?
En primer lugar considero que el aprendizaje cooperativo es una condición y un instrumento para la inclusión, para el desarrollo de la solidaridad y de la cohesión social; el aprendizaje cooperativo es una finalidad del sistema educativo y, a su vez, un medio para el desarrollo de las competencias básicas y por último, la estructura cooperativa de la actividad en el aula permite el desarrollo de estrategias para la atención a la diversidad.
 
Una manera muy interesante que he leído sobre la importancia de cómo promover el trabajo en equipo y la manera de hacer grupos heterogéneos en el aula podría quedar esquematizado de la siguiente manera:
Enseñar a trabajar en grupo es enseñar a los niños a empezar a adquirir conciencia de equipo y trabajar juntos para conseguir un mismo objetivo; ser responsables en la realización de las tareas acordadas y asignadas a cada uno y también ayuda a autoregular el funcionamiento de su propio equipo: autoevaluación y coevaluación
La práctica elegida me ayuda a observar cómo de pequeñas acciones podemos propiciar y favorecer un buen desarrollo en los pequeños. El ejemplo del paraguas así como el de las bicicletas con tándem nos recuerdan cómo trabajar de manera sencilla  un trabajo en equipo dentro del aula.
Trasladando este hecho a la realidad del centro de Ses Païsses, observo que en edades de entre 2 y 3 años, que son con las que trabajo, no se fomenta demasiado este tipo de trabajo. Habitualmente los niños, durante el juego libre, suelen hacer sus propias agrupaciones, no obstante, no se promueven, en el tipo de actividad que se realiza (dibujo, plastilina, trabajos por proyectos, etc.) este tipo de agrupaciones que comentaba anteriormente.
El grupo clase lo forman un total de 18 niños de los cuales 9 son niños y 9 niñas. Por lo general observo que la mayoría de los niños tienen tendencia a compartir momentos y situaciones siempre con los mismos compañeros y, por otro lado suele haber poca interacción entre niños y niñas. ¿Es un hecho relevante? ¿Sería conveniente favorecer un acercamiento? Son preguntas que me hago y que me ayudan a mejorar mi práctica diaria.
Considero que a estas edades, todavía predominan ciertos atisbos de egocentrismo en el pequeño, no obstante según va avanzando va emergiendo progresivamente de ese egocentrismo y empieza a sentir la necesidad de apertura a los demás. Por tanto, creo que lo que predomina en estas etapas no es tanto el hecho de con quien interactúan los niños sino más bien los juegos libres y espontáneos que empiezan a tomar la forma de pequeños grupos que tienen afinidades reales y muy profundas entre los niños.
 
Esta práctica refleja muy bien un trabajo por proyectos. En realidad no sabemos si el hecho de trabajar esta temática surge de la necesidad del propio niño o más bien es un recurso que emplea el propio centro aprovechando la estación en la que se encuentran. Aun así, la manera cómo está llevada a cabo refleja muy bien lo que considero trabajar a partir de la experimentación y la manipulación de objetos cotidianos.
En Ses Païsses, por ejemplo, teniendo presente la línea que persigue el centro cuando nos habla de escuela pública que analiza la realidad social y trabaja para formar ciudadanos solidarios, respetuosos, empáticos; escuela ibicenca que fomenta el respeto hacia sus costumbres, propaga su cultura y por tanto su lengua;  escuela por la diversidad, manifestando el pluralismo ideológico y la renuncia de todo tipo de adoctrinamiento y escuela entorno que apuesta por trabajar la conciencia hacia el medio así como facilitar el contacto con las familias, no es de extrañar que esta filosofía de centro se traslade a las aulas de manera que el estilo docente puede resumirse teniendo en cuenta unos cuantos principios pedagógicos: promover una educación integral, educar en valores,  fomentar la solidaridad y la colaboración frente a la competición, adquirir autonomía, crear un clima de seguridad y confianza, considerar al niño como protagonista de la acción educativa y respectar los distintos niveles de desarrollo del niño.
Considero que se fomenta el aprendizaje por descubrimiento y el aprendizaje significativo. El aprendizaje significativo se crea cuando preguntamos a los niños sobre lo que ellos ya conocen del tema para poder partir de ese punto en las explicaciones e ir introduciendo nuevos contenidos que se relacionen con los que ya tienen, de manera que ellos mismos deducen esos nuevos conocimientos.
Durante este trimestre la temática a trabajar ha tenido como eje principal “El mar”. El aprendizaje por descubrimiento, dado que consiste en que los niños lleven a la práctica los conocimientos adquiridos, se ha dado por ejemplo, mientras trabajaban las características de los animales y, con la ayuda de sus padres, los pequeños han realizado una excursión para comprobar ciertas características (visita a la cueva de Sant Antoni Portmany).
 
3- Espacios y materiales: -Hacer de observadores del ambiente -
Esta práctica me parece estupenda para reflexionar. Nos habla de la importancia del espacio y el material no únicamente des del aspecto físico de los mismos sino cómo recursos con propia personalidad, que nos evoquen y nos provoquen, que nos hablen, nos miren y nos enseñen, que nos acompañen en el proceso de enseñanza-aprendizaje y nos muestren y nos sugieran.
Esta buena práctica nos invita a contemplar, a ser espectadores del ambiente de nuestra escuela. Y es eso precisamente lo que me ha gustado de la misma. Me ayuda a observar con mayor detenimiento los aspectos característicos del centro de Ses Païsses.Por ejemplo, el aula está organizada por diversos rincones: rincón de la lectura, de la cocina, y de juego simbólico. Tal y como hemos aprendido a lo largo de la carrera, organizar la clase por rincones implica una decisión en la forma de hacer y entender la práctica educativa, y como tal conlleva la reflexión sobre los aspectos educativos más relevantes.
La elección de organizar la tarea educativa en rincones presupone aceptar que no todos los niños son iguales, ni tienen las mismas necesidades ni los mismos ritmos de aprendizaje. Y por tanto, este enfoque está ofreciendo a los pequeños una variedad y secuenciación ordenada de actividades que facilita a las docentes la posibilidad de llevar a cabo un programa pedagógico ajustado a las necesidades de éstos.
Por otro lado, la vida cotidiana dentro del aula mantiene una estructura horaria y una organización que considero ayudan al niño a situarse. Los pequeños de manera rutinaria llevan a cabo las diferentes actividades siguiendo un orden preestablecido que se repite día tras día, esto les ayuda a reforzar por un lado su autonomía y seguridad y por otro lado les ayuda a  situarse espacial y temporalmente.
Considero que el centro invita y cuenta una historia a través de toda la documentación visual que ofrece. Las paredes narran la propia dinámica del centro y tanto los familiares, como los pequeños como el propio equipo docente conforman una comunidad educativa cohesionada y con un clima familiar.
“Lo que no se documenta no existe”
La documentación en la Educación Infantil sirve para ofrecer un conocimiento más reflexivo de la labor educativa para construir una escuela con cultura e identidades propias y reconocibles. La documentación consiste en la recogida y exposición sistemática y estética (a través de escritos, imágenes, paneles, vídeos, palabras de los niños y niñas, productos gráficos) de los procesos educativos. (Hoyuelos, 2007)
Una aspecto importante que me gustaría destacar y que podríamos fácilmente relacionarlo con el tema de las creencias es el hecho de que muchos maestros y maestras de Educación Infantil esperan que su trabajo sea visto y reconocido. La documentación se convierte en memoria viva y visible del proceso compartido en extraordinarios procesos que es posible narrar a través de las imágenes. Cuando un maestro o maestra documenta, construye una relación entre el adulto como educador y los niños y niñas, cuyos pensamientos, palabras y acciones documenta. En este sentido, la práctica de la documentación no puede existir en modo alguno separada de nuestra propia implicación en el proceso. Igualmente, la escenificación (es decir, lo que representamos o actuamos de aquello que hemos documentado) es también selectiva, parcial y contextual. Lo que documentamos como educadores representa una elección entre otras muchas, una elección en la que los propios maestros y maestras participan. Del mismo modo, lo que no elegimos es también una elección plena de creatividad porque la creatividad del maestro o maestra de Educación Infantil reside entonces en el reconocimiento y valoración de la creatividad infantil. Es decir, somos creativos en el reconocimiento de la creatividad del otro. Ahora bien, ¿cómo decidir qué seleccionar?
Esta es una pregunta que continuamente me hago porque en ocasiones he podido observar que la documentación que se lleva a cabo es interpretada y transcrita por el maestro, por consiguiente existe un filtro que posiblemente esté totalmente condicionado por la propia creencia del maestro. Esta reflexión me ayuda a intentar evitar, en la medida de lo posible, una observación subjetiva y, por consiguiente, a intentar tener una mirada más neutra.

 
 
JUAN, M. OLIVERAS, A. Y OTROS (2010): Introducción del aprendizaje cooperativo en la Educación Infantil.


Justificación de las competencias

4.2 y 4.3 He sabido identificar buenas prácticas y justificarlas. A la vez me ha permitido elaborar diversas hipótesis sobre estos hechos mostrados a partir de la información recopilada.