jueves, 9 de mayo de 2013

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Periodo de adaptación de la etapa 0-3años a la etapa 3-6años
http://www.slideshare.net/MariaSirah/projecte-de-millora

Aquí tenemos un ejemplo de cómo facilitar el paso de la escoleta a la escuela ofreciendo un periodo de adaptación.

Ahora bien, este hecho ¿favorece una coherencia educativa entre ambos centros?

Personalmente creo que para que realmente haya una coherencia educativa entre ambos niveles el proceso va mucho más allá de procurar un buen periodo de adaptación. Para empezar tendríamos que estar, a todos los niveles y en todos los niveles cohesionados, y esto rara vez se da. Generalmente, ya partiendo a nivel gubernamental de la concepción que se tiene sobre la etapa “educativa” de 0 a 3 años, las escuelas no procuran prolongar o extender el nivel de conocimiento que ya traen los niños, sea el de casa o el de la escoleta, sino que, en la mayoría de casos,  se confecciona un currículum atendiendo a unos claros y concisos objetivos que dejan al margen los intereses de los propios niños.
Aun así, volviendo al tema principal del documental que nos habla del proceso de adaptación que necesitan los pequeños frente a este cambio, entiendo que se le dé su importancia, pues el periodo de adaptación requiere tiempo, tiempo para que los niños se sientan seguros y tranquilos en un contexto que es nuevo para ellos.
Este es un periodo que puede resultar exitoso, en el que podríamos hablar de conquista, o por el contrario puede suponer un sentimiento de pérdida y abandono para el niño.

Para el niño supone integrarse en un nuevo contexto, con nuevos espacios, nuevas dinámicas y nuevos horarios. Además es un cambio en el que pasan de estar en un contexto con ciertos atisbos de intimidad y protección, cómo son las escoletas, a uno de mayor magnitud, con referentes no tan próximos y dónde se pierde gran parte de esa intimidad creada anteriormente.
Por consiguiente, confío en que se trabaja el periodo de adaptación y se le da su importancia, no obstante me preocupa más lo que pasa después, a puerta cerrada dentro de un aula.
 

“Pensando en los demás”
http://www.youtube.com/watch?v=f9WzX5Svi3k

Quiero aprovechar uno de los documentales que tuvimos la suerte de poder   ver en la asignatura de Educación Inclusiva, “Pensando en el otros” para la reflexión de esta temática puesto que presenta algunos de los elementos que yo personalmente considero esenciales para llevar a cabo una buena práctica educativa.
Este documental nos brinda la oportunidad de observar que es posible una enseñanza diferente, una enseñanza que escuche la voz interior del niño y que les enseñe a exteriorizarla.
¿Qué nos enseña este reportaje?

Que una nueva manera de enseñar es posible, que el arte de vivir es todo un reto, que las emociones no están en los otros sino que nacen de un mismo, que la felicidad acompaña la enseñanza...

Pienso que este documental es una gran herramienta de trabajo para todos y cada uno de nosotros, tanto si somos maestros, padres, compañeros, etc. En esta sociedad parece que los sentimientos y, en especial los que traen escondida alguna connotación negativa (llantos, miedos, rabia...) se tienen que reprimir. Nos enseñan desde muy pequeños que las debilidades tienen que ser de cada cual y nos hacen sentir que a nadie le gusta estar rodeado de gente con tendencias depresivas, actitudes negativas... ¿por qué cuando alguien llora rápidamente el consuelo va dirigido a conseguir que deje de llorar? Por qué una de las primeras palabras pronunciadas es: No llores... Por el contrario nadie te dice nunca que dejes de reír. ¿No se trata al fin y al cabo de sentimientos?
Este documental pues es una nueva revolución y evolución dentro del ámbito de la enseñanza, es una lección que todos tendríamos que aplicar no tan sólo dentro de un aula sino en nuestro día a día. Crear vínculos estrechos con la gente con la que compartimos parcelas de nuestra vida, aprender a ser felices, empatizar con los otros... en definitiva, pensar en los otros.

Me maravilla la naturalidad con la que estos niños tratan las emociones, me fascina que puedan romper a llorar y puedan expresar lo que verdaderamente sienten y además con todo el respecto de  sus compañeros. Me sorprende gratamente el grado de comprensión de quienes rodean a la persona que manifiesta un problema, la capacidad que tienen de sentir en un momento dado como este, e incluso de manifestar las emociones que en aquel momento los mueven.
Otro aspecto destacable es el de la comunicación. Los niños hacen razonamientos increíblemente maduros, exponen y manifiestan diferentes opiniones encontradas desde una lógica absoluta y no desde un arrebato, ¿por qué? Porque son razonamientos nacidos desde el interior de los niños, razonamientos que van cogidos de la mano de sus propios sentimientos, son razonamientos más emocionales que racionales y, por lo tanto, razonamientos puros.

El maestro Toshiro Kanamori sabe trabajar las emociones en todas y cada una de las actividades que se llevan a cabo. Por ejemplo con los diarios que se elaboran dentro del aula, los niños están trabajando la escritura a la vez que están expresando las propias emociones. O bien durante la fiesta de final de curso, también crea una simbiosis entre lo emocional y lo cognitivo puesto que los niños elaboraron una carta gigante para despedirse del papa de un compañero que ahora está en cielo, y así, de esta manera él la pudiera leer desde allí.

No obstante tengo que reconocer que para poder aplicar esta práctica es necesario que el propio maestro crea en ella, no se trata de una nueva corriente de aprendizaje. En absoluto, esta práctica va mucho más allá, esta práctica te permite estar en contacto, constantemente, contigo mismo y, por lo tanto cada día estás trabajando tu propia esencia.
Otro aspecto a destacar es la democracia que se imparte en el aula a la vez que está latente la autoridad del maestro (que no el autoritarismo), este equilibrio entre afecto-respecto del maestro con los alumnos, de los alumnos con el maestro y de los alumnos con los alumnos.
Estos niños irradian alegría, felicidad, gozo... a pesar de que durante el año escolar viven y experimentan situaciones impactantes y difíciles de afrontar tales como la muerte, la pérdida de seres queridos, la  despedida de una de las alumnas... pienso que esto los hace crecer emocionalmente, liberarse de las represiones sociales y romper las barreras sentimentales que actualmente nos rodean.
“Reír, llorar, aprender”

Ahora los 35 alumnos entienden que los vínculos de amistad se crean pensando en los sentimientos de los demás. Aprender a pensar en los demás les ha enseñado cuál es la clave de la felicidad y a ser felices desde el fondo del corazón.” (Fragmento del vídeo)

El rincón de pensar: poner límites
http://primeropasitoapaso.blogspot.com.es/2010/01/la-sillita-de-pensar.html

La reflexión de una maestra, a través de su blog, nos invita a pensar sobre el tema de los límites que se han de establecer en el aula y cómo podemos hacerlo.
En primer lugar no sé si comparto demasiado la idea de establecer un rincón del pensamiento para hacer reflexionar a los pequeños. ¿Es necesario destinar un rincón para ello? ¿Esto no puede confundir al niño y creer que sólo en ese espacio se invita a la reflexión?

Por otro lado, pone como ejemplo el aplicar este rincón en el caso de que un niño muerda y justamente el otro día leí un artículo sobre el tema de los mordiscos y los besos que me hizo reflexionar.

“… tanto es, besos y mordiscos, son consecuencias de las emociones que sentimos. Los primeros los normalizan y los segundos los patologizamos. Si no es problema el hecho de que un niño diga “totxe” y no coche cuando todavía no sabe hablar… ¿por qué lo es que muerda cuando todavía no sabe expresar sus sentimientos?  Si fuera capaz de decir ¡es que no te entiendo!, no te puedo explicar lo que quiero, tengo ganas de estar contigo, me hacen daño los dientes… Si fuera capaz de hacerlo, seguramente lo haría y no mordería. Hay muchos adultos que no son capaces de decir me siento mal con lo que has hecho y se pasan tres días poniendo morros con un mutismo completamente voluntario.”
Este ejemplo me hace pensar sobre qué debemos “castigar” y por otro lado, como consecuencia me planteo qué “recompensar” . Los riesgos que comporta crear un rincón del pensamiento pueden ser altos si se deja paso a la subjetividad a la hora de llevar a cabo alguna actuación frente a un hecho concreto como el que citaba, por ejemplo, anteriormente.

Así pues, sobre recompensa y castigo también me gustaría reflexionar…
¿Cómo debemos castigar a un niño? ¿Qué repercusiones tiene? ¿Cuáles son las conductas adecuadas?

Actualmente en el centro existe el caso de una niña que, a los ojos de las  maestras, resulta muy conflictiva. En repetidas ocasiones ha sucedido que se le ha castigado llevándola al aula de los bebés, dejándola ahí a su merced, yéndola a buscar al cabo de un rato y permitiéndole salir en caso que estuviera dispuesta a modificar su actitud.
Ante este hecho yo me planteo ¿qué ejemplo le estamos dando al niño con esta reacción nuestra? ¿A caso no le estamos dando el mensaje de que cuando estamos enfadados con alguien, es bueno ir contra él?

Yo creo que nuestro objetivo es que los niños aprendan nuevas pautas de comportamiento, de manera que a la larga varíen su conducta, por tanto con un castigo lo que observo es que obtenemos un efecto momentáneo pero no enseñamos pautas de comportamiento que puedan serle útiles a los niños para aprender a variar sus conductas.

Por ejemplo, reconozco que en el caso de esta niña es algo complicado porque suele manifestar un carácter temperamental cuando algo no encaja con sus deseos, no obstante quizás, con un trabajo diario y mediante elogios o recompensas quizás reforzaríamos su seguridad, aumentando la confianza en sus posibilidades si ve que sus comportamientos son valorados positivamente.

Ahora bien, para mí lo más difícil es tener claro qué debemos recompensar exactamente, ¿podemos cometer errores al dar una recompensa? Debemos examinar cuidadosamente qué estamos recompensando, y para ello debemos ver qué es lo que el niño considera que le recompensan. A veces creemos que estamos educando de una manera, pero lo que estamos haciendo es recompensar justo lo que no queremos.

"Un pescador estaba con su bote en el río cuando le llamó la atención ver pasar una serpiente con una rana en la boca. Apenado por la rana, agarró a la serpiente y con sumo cuidado le retiró la rana, que aún vivía. La rana quedó feliz, pero la serpiente temblaba de miedo. El pescador, apenado también por la serpiente, le dio un poco de su comida y vertió un poco de vino en su boca. Ahora todo el mundo parecía feliz: la rana, por su salvación; la serpiente por su alimento; el pescador por su buena obra. Al cabo de un rato, el pescador oyó unos golpes en la parte trasera de la barca: acudió allí y vio a la serpiente sonriente... con dos ranas en la boca".

Justificación de las competencias

1.2 Reflexiono sobre cuales son los elementos que nos llevan a una buena actuación profesional
1.3 Consulto revistas, blogs y artículos para ampliar mis propias reflexiones
5.1 Reflexiono sobre buenas prácticas y proyectos de mejora

 

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