jueves, 21 de marzo de 2013

Reflexión sobre las distintas jornadas escolares


Antes de iniciar esta reflexión me gustaría comentar que para llevarla a cabo he tomado como referencia dos jornadas de mis compañeros: una de Can Cantó y la otra de Cas Serres. No obstante, dado que yo no asisto en persona a ninguno de estos centros y, por tanto, las vivencias o descripciones son las aportadas por mis compañeros, tomaré como punto de partida Ses Païsses, el centro en el cual trabajo. El resto de jornadas me servirán de apoyo o contraste con la realidad que se vive en el centro indicado. Por tanto esta reflexión únicamente hace alusión a la manera que tiene Ses Païses de enfocar una jornada, las otras dos aportaciones de mis compañeros me ayudarán a tener más parámetros  y un mayor abanico de posibilidades sobre diferentes maneras de hacer. Por consiguiente resaltaré de ambas únicamente las fortalezas y oportunidades que he podido observar.


 

Aspectos a destacar de la jornada descrita:

La manera de proceder una vez entra el niño en el centro es la siguiente:

-          El adulto acompaña al niño hasta la clase.

-          Le ayuda a colgar su chaqueta fuera y a despegar la estrella que hay en la puerta con su foto.

-          Entra dentro del aula y el niño va al panel que hay en la pared y engancha su estrella

-          Se despide del niño y en caso de ser necesario aprovecha este momento para intercambiar  algún tipo de información con el tutor o profesor de soporte.

Observo que esta manera de proceder se lleva a cabo en los distintos centros y, a mi parecer es una buena práctica.

Día a día, vivimos en el aula las entradas de niñas, niños y sus familias. Son momentos cotidianos que experimentamos a más velocidad de la que probablemente nos gustaría, teniendo que actuar de manera improvisada e incluso en ocasiones nos pilla totalmente desprevenidos. Esto lo experimento cada mañana cuando por lo general la mayoría de niños entran agarrados fuertemente del familiar que los acompaña y no quieren quedarse en el aula. ¿Cómo podemos invitarlos a quedarse? Cada vez más siento que los niños ya me identifican dentro del aula como una más e incluso me llaman por mi nombre, que no es fácil. Así pues eso me ha dado cierta confianza para acercarme a ellos cuando llegan y ofrecerles un recibimiento caluroso y tierno.

Para mí es importante aprender a respetar cómo llegan las familias al aula, cómo se las recibe y acoge y cómo nos despedimos después de la jornada diaria. Son encuentros llenos de diversas emociones y distintas personas con historias y mundos personales propios.

Por tanto considero que la entrada tiene que invitar a querer entrar y por eso es importante que por ejemplo en las paredes haya motivos de referencia tanto para el niño como para sus familiares (fotografías, dibujos, saludo, etc.), y que tanto el espacio como las personas que lo habitan generen confianza. ¿Cómo podemos generarla? Observo que es importante tu capacidad de escucha, de observación y sobretodo de respeto. Por otro lado hay que saber atender las necesidades individuales, tanto de los familiares como de los niños ya que en ocasiones hay niños que precisan de tu atención en ese instante para desprenderse de su referente familiar y no vivir el momento de la separación como algo doloroso. Una familia no debería irse sin entrar en el aula, sin despedirse, sin un comentario de saludo personal en el que el niño perciba seguridad por ambas partes.

Otro aspecto que observo diferente entre los tres centros es el momento que destinan a realizar la asamblea. En el caso de Ses Païsses se realiza antes del almuerzo, sin embargo en el resto de centros se realiza después. Quizás este aspecto, que hasta el momento no me había cuestionado, me hace reflexionar sobre el hecho de que hacerlo antes del almuerzo supone tener un tiempo marcado para llevarla a cabo ya que el almuerzo se realiza a las diez. También ha sucedido que alguna mañana algún niño, a pesar de que el centro cierra sus puertas a las 9.30h, ha llegado un poco más tarde de la hora máxima establecida y esto ha provocado una interrupción de la asamblea.

Personalmente considero que la asamblea desempeña un papel fundamental en la Educación Infantil ya que nos ayuda a conseguir objetivos y contenidos; nos ayuda a desarrollar y adquirir las Competencias Básicas, principalmente: lingüística, social y ciudadana, matemática, aprender a aprender, cultural y artística y la de autonomía e iniciativa personal; nos ayuda a trabajar normas; nos ayuda a averiguar los conocimientos previos de los niños y niñas para ver de qué nivel tenemos que partir y nos ayuda a desarrollar la estructuración temporal, anticipando qué actividades realizaremos después.

¿Qué temas se tratan durante las asambleas? ¿Qué papel desempeñan los niños y las niñas? ¿Y el docente? ¿Somos conscientes de la importancia de ésta para el desarrollo de los pequeños? ¿Sabemos cuál es la relación que existe entre los distintos niveles de autonomía y las posibilidades de aprendizaje? ¿Podría descubrirse un proceso en “lo que hacemos” con el fin de ayudar a los niños en la conquista de su autonomía?

Es importante mantener un horario en el mismo orden que les garantice una ubicación espacio-temporal y vaya reforzando su identidad y autonomía ya que el hecho de brindarles la oportunidad de saber qué es lo que van a hacer una vez entran en el aula los ayuda en su proceso de aprendizaje. Si cada mañana se estipulara un momento diferente para realizar la asamblea no permitiría al niño una estructuración de su tiempo y, por consiguiente creo que le provocaría desorientación y desconcierto y por tanto menguaría su confianza.

 

Por otro lado, el hecho de aprovechar este momento para verbalizar y mostrar visualmente, mediante tarjetas con diferentes acciones de las que ellos forman parte, que es lo que van a hacer durante el día los ayuda a percibir el inicio y final de cada actividad de manera que, una vez más favorecemos a la creación de la concepción del tiempo.

 

No obstante creo que es necesario concienciarnos de la importancia de este momento y por consiguiente darle el espacio que se merece. En ocasiones tengo la sensación de que se ha convertido en una rutina más del día ya que por ejemplo mientras los niños están cantando la canción del “Bon dia” las tutoras hablan entre ellas y aprovechan ese instante para comentar alguna cosa. ¿No podríamos mediante la observación emplear este momento para destacar o enfatizar aspectos de los niños? El pequeño con NEE apenas dice palabras, suele comunicare mediante onomatopeyas o representaciones gestuales no obstante desde hace unos días ha empezado a decir alguna palabra y, en especial cuando cantamos esta canción, ¿Deberíamos enfatizar este momento y hacérselo notar? ¿Cómo lo conseguimos si no le prestamos la atención que merece?

 

Por otro lado, es un momento en el que los niños aprovechan para dialogar entre ellos o directamente con la tutora así que es imprescindible y primordial bajo mi punto de vista saber y aprender a escucharlos. Esto no creo que se consiga afirmando o contestando a lo que el niño expresa, yo creo que es necesario repetirlo y darle su importancia para que por un lado el niño se sienta parte del grupo y por otro para darle el valor que corresponde a sus verbalizaciones.

Por lo general en ambos centros se desarrolla el día de manera similar al de Ses Païsses. Hemos querido contrastar las diferentes sesiones de psicomotricidad ya que, en mi caso, me sorprendió cómo se llevaba a cabo en mi centro.

López (1995,9) dice: “para la infancia no es adecuado cualquier  tipo de sociedad, cualquier tipo de familia, cualquier tipo de relación, cualquier tipo de escuela, etc. Sino aquellas que le permiten encontrar respuestas a sus necesidades más básicas…”

 Así pues, si nos centramos en cómo podemos, desde el ámbito educativo, dar respuestas a las necesidades más básicas de los pequeños es necesario tener en cuenta la importancia de crear un clima que les permita tomar conciencia de que existen a partir de sus propias sensaciones, percepciones y experiencias.

Aprender a observar, sin filtro, cómo el niño utiliza los objetos y cómo los utiliza cuando se relaciona con los otros nos proporciona gran información sobre su manera de ser. Nos puede brindar la oportunidad de observar si los objetos que está utilizando son acordes a su edad, si son adecuados al juego que está realizando, que objetos son los que utiliza con mayor frecuencia, si los comparte… toda esta información nos ayuda a situar la etapa evolutiva en la que se encuentra  el niño.

También cabe destacar la importancia de la sala, de los materiales ofrecidos a los pequeños y del papel fundamental que desempeña el tutor. Los lugares existentes han de favorecer el desarrollo de una pedagogía que permita múltiples posibilidades expresivas.

La sala donde  se realizan las sesiones de psicomotricidad, por ejemplo, dispone de un amplio espacio, ya que utilizan el pabellón municipal que tienen al lado, esto les permite desplazarse libremente por todo el lugar de manera que dado que a estas edades hay que tener en cuenta que los pequeños se encuentran en una etapa de sensaciones, de tono, de emociones, de pocas imágenes mentales, etc. el hecho de disponer de un espacio diáfano, con variedad de material, en el cual pueden gritar, correr libremente, disfrazarse, saltar, trepar, rodar, etc. y por tanto “romper con las normes de dentro del aula” les permitirá, coincidiendo con la propuesta de desarrollo evolutivo descrito por Wallon, Piaget y Freud, experimentar contrastes y alternancias, los placeres sensoriomotores, el inicio del juego simbólico y, además un espacio para estimular la palabra trabajando a través de ella la escucha del otro, la atención, la inhibición del movimiento, la espera y los hábitos.

Por tanto, es importante que la distribución de la sala fomente, proporcione y atienda la prioridad de dichas actividades, ofreciendo a los niños la posibilidad de experimentar y desarrollar sus capacidades al máximo.

Si tenemos en cuenta lo anteriormente especificado y lo extrapolamos a la realidad del centro, la verdad es que la sala dónde los pequeños realizan psicomotricidad, una vez por semana, no está acondicionada ni persigue esta finalidad.

El material del cual disponen es pobre y poco variado, el espacio que destinan a psicomotricidad es una adaptación de una gran pista dentro del pabellón y, por tanto, no presenta colchonetas, ni materiales específicos para trabajar de manera concreta, con un objetivo claro y definido.

No obstante, gozan del privilegio del soporte de una PT, dado que en el aula hay un niño diagnosticado que presenta un retraso madurativo, y es ella la que se encarga, semanalmente, de sacarle el máximo partido al material y al espacio, organizando diferentes sesiones con distintos propósitos para fomentar y potenciar el máximo desarrollo de sus capacidades.

A raíz de la comparación entre jornadas de diversas escoletas observo que por lo general la manera de proceder es la misma en la mayoría de los centros. No obstante, me doy cuenta de la importancia que tiene, por un lado la actitud del docente, por otro la filosofía que presenta el centro y, un aspecto muy importante a destacar es el trabajo en equipo que se realiza.

Es vital que se procure un trabajo en equipo, que se fomente la colaboración y participación y que haya un espíritu de superación y construcción.

En apariencia diversos centros pueden presentar una misma manera de hacer, no obstante, si ahondamos más, observamos las brechas que pueden surgir al no tener una cohesión y un mismo enfoque entre los docentes.

Justificación de las competencias

3.1 Me hago preguntas sobre el funcionamiento del centro
3.2 Aporto reflexiones en cuanto a la propia organización: distribución del tiempo i el espacio, dinámicas de trabajo, coordinación entre el profesorado, relación con las familias, etc.
4.1 Además busco teorías que respalden mis inquietudes o reflexiones
4.2

Descripción de una jornada

Dimarts…la mar- Día de psicomotricidad-
El centro abre sus puertas a las 7.30 de la mañana por tal de ofrecer la guardia y custodia de aquellos niños que tienen la necesidad de ser llevados antes a la escoleta.
Habitualmente son pocos niños los que se acogen a este servicio, entre 4 y 5, y todos, independientemente de las edades, son llevados al aula de “Els peixets” (de 1 a 2 años). Conforme los niños llegan van acudiendo a esta aula dónde hacen juego libre y en caso de que lo pidan se les pone algo de música.
Habitualmente están las mismas profesoras a cargo ya que el resto aprovechan para almorzar durante este rato.
A partir de las nueve cada tutora recoge a sus niños y los lleva para acompañaros a su correspondiente aula. En mi caso es la profesora de soporte quien se encarga de recogerlos y llevarlos a la clase de “Les estrelles de mar” ya que la hora de entrada de la tutora de mi aula es sobre las nueve y normalmente entra en el aula alrededor de las 9.15h.
Una vez en el aula los niños realizan juego libre de 9-9.30h que es la hora máxima permitida para dejar al niño en la escoleta.
La manera de proceder una vez entra el niño en el centro es la siguiente:
-          El adulto acompaña al niño hasta la clase.
-          Le ayuda a colgar su chaqueta fuera y a despegar la estrella que hay en la puerta con su foto.
-          Entra dentro del aula y el niño va al panel que hay en la pared y engancha su estrella
-          Se despide del niño y en caso de ser necesario aprovecha este momento para intercambiar  algún tipo de información con el tutor o profesor de soporte.
A las nueve y media se les pide a los niños que empiecen a recoger, la mayoría de días es necesario repetirlo varias veces y centrarse en algunos niños que suelen hacerse los despistados en este momento.
Una vez está la clase recogida se les pide que cojan su cojín y se sienten en la colchoneta. Los cojines están en una habitación anexa a la sala, en la que entran ellos solos, encienden la luz y cada uno sabe perfectamente cuál de ellos tiene que coger.
Una vez están todos los niños sentados en sus cojines, formando un círculo, la tutora coge un cesto de mimbre que contiene imágenes sobre el tiempo y sobre las posibles actividades del día y un frasco con las fotos de cada uno de los niños y su nombre escrito debajo.
Hay veces que es necesario recolocar a los niños en sus cojines ya que no forman un círculo o las maestras prefieren separa a ciertos niños que suelen despistarse si se sientan juntos.
Siempre se empieza con la canción del “Bon dia” y a continuación depende de cómo se encuentren los niños se canta alguna otra canción que ellos piden o bien se empieza a pasar lista. La lista se pasa de la siguiente manera:
-          La tutora se levanta e inicia un juego con los niños diciéndoles: “¿A ver que nos dice el frasco sobre quién pasa lista hoy?” Va pasando el frasco por encima de sus cabezas y va haciendo: pi-pi-pi-pi, sobre cada una de las cabezas de los niños. Cuando está llegando al niño que le toca pasar lista (no es aleatorio, mantiene el orden de la propia lista de niños de la clase) afloja la velocidad y se detiene encima de la cabeza de éste.
-          El niño se levanta y se sitúa al lado de la maestra, quien también se sienta. Ésta le va mostrando una a una las tarjetas de los niños y él se encarga de llevársela al niño que muestra la imagen para que éste se levante, la enganche junto a la estrella de mar que previamente, al llegar a clase, ha enganchado en el panel, le choca la mano al niño que pasa lista y le da los buenos días.
-          La maestra pregunta: “¿Que le tenemos que decir a X? “
-          “Buenos días X”, contestan algunos niños.
Durante este momento, la foto de los niños que no han venido se engancha en su respectiva casa (que son unas cartulinas pegadas en la pared con fotografías o dibujos de las casas de cada niño) y la maestra pregunta: “¿Ha venido hoy X?”
Después de pasar lista se mira qué tiempo hace ese día, antes se canta la canción del “Pastoret”. El aula tiene una balconera protegida con portones de aluminio que permite la salida al patio, así que cada día, antes de iniciar la asamblea, se abren los portones del aula y los exteriores de tal modo que los pequeños pueden ver qué tiempo hace.
La maestra les pregunta: “¿Qué tiempo hace hoy?” A veces, para captar la atención de aquellos que no están muy atentos pregunta directamente a algún niño en concreto o les plantea la situación contraria a la que es (si hace un sol despampanante les enseña la imagen de la lluvia o viceversa).
Una vez enganchadas las imágenes correspondientes al tiempo se les pregunta en qué estaciones estamos. Justo debajo de donde se pegan las imágenes del tiempo hay cuatro fotografías de las cuatro estaciones del año y con un gomet está marcada la estación en la que nos encontramos. Cada vez que se les pregunta se les da alguna referencia sobre la estación en la que están. Por ejemplo se les dice: ¿Qué tienen hojas los árboles?
Acto seguido se les pregunta que van a hacer a continuación y así configuran el programa del día (almorzar-manos limpias - actividad/ psico o mesa- patio – descansar). Esto se hace a través de diversas fotografías reales de ellos mismos haciendo las diferentes acciones.
Si aún no son las diez se canta alguna canción y cuando llega la hora se les pide que recojan el cojín, lo dejen en su sitio y se preparen para ir a almorzar. Para prepararse se sitúan en la puerta de salida de la clase, formando una cola.
A las diez almuerzan, el momento del almuerzo lo comparten con los niños del aula de al lado “Les tortugues” que tiene sus mismas edades, no obstante cada grupo se sienta en una mesa distinta. Cada niño suele tener su sitio, no lo tienen asignado pero suelen sentarse en el mismo cada día. Se les dice que se suban las mangas hacia arriba y se les reparte lo que haya para almorzar, los martes suele ser pan con tomate.
Una vez han acabado se les reparte el vaso de agua y cuando terminan se levantan, lo dejan en una bandeja que hay, colocan bien su silla y forman una fila en la pared esperando que acaben el resto de compañeros. Más o menos todos suelen terminar a la vez. Luego cada tutora se lleva a sus niños al aula correspondiente.
 
Una vez en el aula se sientan todos en la colchoneta y se les reparte el cepillo de dientes, se les va enseñando y se va preguntando por ejemplo: “De quien es este cepillo con mango rosa y una pantera dibujada?” Si en ese momento el propietario del cepillo no presta atención o no contesta el cepillo no se le entrega, aunque otros niños hayan sabido a quien pertenece. Se vuelve a dejar en el vaso y al final se vuelve a preguntar.
Una vez cada niño tiene su cepillo permanecen sentados en la colchoneta y la maestra los va llamando de 4 en 4 para entrar al baño, lavarse las manos, enjuagarse la boca y hacer sus necesidades. Mientras el resto permanece sentado en la colchoneta o bien conmigo o bien con la tutora si soy yo la que está en el baño y vamos preguntándoles si alguno sabe cómo lavarse los dientes, si pueden enseñárnoslo.
Una vez todos los niños han finalizado los diferentes hábitos de higiene y hemos hecho los correspondientes cambios de pañales se inicia la actividad del día.
Tal y como hemos quedado con los compañeros describiré la jornada de psicomotricidad para poder tener un mayor criterio a la hora de reflexionar sobre ésta sesión.
La sala de psicomotricidad se encuentra situada en el pabellón municipal que hay justo al lado del centro, por consiguiente los niños salen del aula por el porche, cruzan el patio y el tutor o la maestra de soporte abren una puerta que hay situada en un extremo, la atraviesan y ya se encuentran con la puerta del pabellón. Este acceso no es público por tanto no hay nadie más, ajeno al centro, que entre mediante esta puerta.
Una vez dentro los niños se sientan en unas sillas de plástico que hay, enfocadas al pabellón y allí es la PT quién se encarga de dirigir la sesión (previamente, durante el almuerzo, ya se ha encargado de montar el circuito para ese día).
Una vez están todos sentados la PT inicia unos ejercicios para “despertar el cuerpo”, se trata de mediante diferentes movimientos mover las distintas partes del cuerpo como precalentamiento antes de iniciar el circuito.
Antes o después de este momento también se les pregunta que es lo que se puede o no se puede hacer en psicomotricidad. Por lo general las normas son pocas y los niños se las saben, no obstante, si queremos hacer hincapié en alguna en concreto se la preguntamos nosotros: ¿qué podemos pegar en psico? ¿Y gritar?
Acabado el calentamiento y el momento de las normas los niños se dirigen a unas colchonetas que hay situadas al principio del circuito y se sientan. La PT, junto con las maestras, elijen a 4 niños (normalmente suelen ser niños que presentan un buen desarrollo psicomotor ) para que inicien el circuito y les indican al resto de niños que se fijen como lo hacen. Después van saliendo 4 más y así sucesivamente hasta que salen todos, una vez están todos realizándolo ya se inicia un juego más libre en el que cada niño puede elegir la parte del circuito que más le guste y repetirla las veces que quiera. A media sesión suelen sacarse pelotas grandes y aros para los que quieran jugar con ellas.
Durante el momento de expresividad motriz intervenimos con ellos en caso de considerarlo necesario. Por ejemplo colocándonos en las colchonetas para ayudarlos a realizar volteretas, ayudándolos a cruzar “el puente” o enseñándoles algunos pequeños recursos, etc. pero normalmente ellos solos hacen su propio juego.
Aproximadamente transcurridos tres cuartos de hora, la PT regresa  al aula para preparar la parte de representación y nosotras nos quedamos en el pabellón y comenzamos a recoger conjuntamente con los niños. Les vamos pidiendo que nos ayuden a recoger  y, poco a poco los niños cogen algún elemento, con la ayuda de otro niño o solos, dependiendo del tamaño y peso, y lo llevan hasta el cuarto de material.
Vuelven a sentarse en las sillas y la maestra o tutora les pregunta a qué han jugado, cómo se lo han pasado, etc. los niños aprovechan este momento para expresar sus vivencias. Acto seguido se les indica que ahora van a volver al aula y han de hacerlo tranquilos, sin correr.
Normalmente regresa todo el grupo a la vez, no obstante, en alguna sesión si la PT ha organizado alguna actividad para la representación que requiera un momento de atención más individualizado, como por ejemplo que haya colocado un plato en cada mesa con la foto encima de cada niño, se les pedirá que entren de uno en uno para que la PT pueda observar si se identifican en la fotografía o no. Otras veces se coloca el “cuc” o “túnel” en la entrada del aula y entonces también la entrada es escalonada.
Las sesiones de representación suelen ser diferentes cada semana, hay veces que se les coloca en las mesas y se les da plastilina, otras que se les proporciona colores o gomets, otras sin embargo en que toda la clase está despejada y se colocan en diferentes rincones o distribuidas por todo el aula piezas de construcciones, etc.
Finalmente transcurridos unos diez minutos se les pide que nos ayuden a recoger, se les sienta en las mesas, se les da agua y comienza de nuevo la rutina sobre higiene (lavar manos, cambio de pañales, hacer necesidades, utilizar orinales, etc.)
Los niños que van acabando cogen de nuevo su cojín y se colocan en la colchoneta para descansar, una vez están todos tumbados, hay días en los que se pone música, otros en los que no, esperan a que los padres vayan viniendo a buscarlos.
Cuando los padres entran a buscarlos se vuelve a realizar la rutina de la entrada pero a la inversa, el niño despega la estrella de mar con su foto y la foto grande que hay enganchada encima (que se pegó en el momento de la asamblea, cuando se pasó lista), coloca la foto grande en el frasco, se lleva la estrella de mar fuera del aula y la engancha en la puerta.
A la una se guarda el cojín y nos preparamos para ir al comedor con aquellos niños que se quedan a comer, si hay algún familiar que aún no ha venido a buscar a su hijo éste viene al comedor y se sienta en una mesa anexa, mientras espera se le suele dar algún tipo de juego para que esté distraído.
A comer suelen quedarse únicamente 6 niños máximo de mi aula, esta hora se comparte de nuevo con el grupo de “Les tortugas” y también vienen los “Peixets”, y cada grupo tiene su mesa.
Se colocan cada uno en su silla habitual, y se les coloca el babero. Se le pide que se suban las mangas para no mancharse.
Se reparte la comida, habitualmente suele ser un primero, un segundo y el postre y conforme van terminando se levantan, limpian su plato en una de las bandejas que hay encima de una mesa supletoria con ruedas, colocan los cubiertos en otra bandeja destinada a ello y vuelven a sentarse para comer el segundo, repiten la misma acción y al finalizar beben agua, dejan el vaso en la bandeja, se quitan el babero, lo sacuden en uno de los dos cubos que hay al lado de la mesa y a continuación lo dejan en el otro cubo.
En el comedor hay una regla básica por la que se rigen todas las maestras: para poder comer el segundo o el postre han de al menos haber probado el primer plato. Es decir un niño que decida que no le gusta un plato sin haberlo probado antes, no tiene acceso a los demás. Por otro lado si lo ha probado y decide que no le gusta no se le obliga a comer más, aunque otro día, si se sirve el mismo plato, ha de volver a probarlo.  
Finalmente, una vez han terminado colocan la silla y hacen la fila, una vez está la maestra con ellos regresan a clase, se lavan las manos, se limpian la boca y se cambian pañales o se hacen necesidades en caso de ser necesario. Una vez aseados van a la clase de “Les tortugas” dónde se reúnen todos los niños que se han quedado en el centro a comer, incluidos los bebés, y realizan juego libre mientras esperan que los padres vengan a buscarlos.
Si hay algún niño que se queda a dormir, a las 14h.se lo llevan a la clase de los bebes, dónde hay disponible unos colchones, cojines y música relajante y allí, acompañado de la maestra que toque esa semana (van rotando turnos) hace la siesta.

Justificación de las competencias

3.2 En este caso lo único que hago, dado que se trata de una descripción, es especificar la organización del propio centro a partir de una jornada.

jueves, 14 de marzo de 2013

El caso de A.


Breve descripción del caso

Esta mañana, al no hacer un buen día para salir al patio las maestras han decidido ir a la sala de la luz con el fin de que los pequeños realicen música con los diversos instrumentos que hay.

Me gustaría resaltar que este espacio únicamente se utiliza como último recurso. Es una lástima, considero que la sala de la luz a partir de la luz, ordinaria o ultravioleta, ofrece a los niños y a las niñas nuevas sensaciones, mientras manipulan y experimentan con diferentes objetos materiales y, al mismo tiempo les permite observar su transformación.

 

Los niños expresaban un gran entusiasmo y se mostraban algo agitados. Uno de los pequeños, que ya de por si habitualmente muestra un comportamiento muy vital y requiere de una mayor atención estaba especialmente motivado por la nueva situación y continuamente repetía que quería tocar el tambor.

Reconstrucción completa de la situación

Llegamos a la sala de la luz y las maestra piden a los niños que se sienten en el suelo. Se les anticipa que van a hacer y se les muestra. Las maestras les dicen: ¿Sabéis qué vamos a hacer ahora? Vamos a tocar instrumentos.

Los niños, unos más que otros manifestaban entusiasmo e inquietud por coger los instrumentos y empezar a tocar. Pero en especial A. estaba agitado e insistía que él quería tocar el tambor.

A: ¿A mí me das el tambor vale?

Las maestras al principio no hacían caso a su petición, seguían mostrando los diferentes instrumentos, alzándolos para que todos los vieran y mostrando su sonido.

A: Vale pero yo quiero el tambor

M: Ay!! A. que pesadito te pones.

Ante su insistencia las maestras deciden que él no tocará el tambor y, además lo dejan el último durante el reparto de los diferentes instrumentos. ¿Es esa una buena manera de proceder? Me pregunté yo.

Reflexión

Lo cierto es que yo hubiera obrado de otra manera. Si bien es cierto que el pequeño se mostraba insistente y repetía que él quería tocar el tambor también había otros que mostraban una actitud más tímida y reservada y no parecían entusiasmarse con los diferentes instrumentos. Entonces, ¿por qué castigar al niño que muestra una actitud entusiasta y premiar al que sin embargo se muestra indiferente ante esa situación? Yo hubiera permitido que el pequeño tocara el instrumento que tanto deseaba e incluso que les mostrara a sus compañeros como lo hacía y después en todo caso le hubiera ofrecido la posibilidad de que dejara que otros compañeros también lo hicieran sonar dándole a él la oportunidad de que probara otros instrumentos.

Una vez más estos hechos me hacen replantearme el tema del castigo y la recompensa que anteriormente comentaba y las repercusiones que pueden tener en un niño. Tal vez de este hecho el niño aprenda, ¿pero cuál es la lectura que posiblemente extraerá? Que quizás es más prudente no mostrar un entusiasmo tan vital ante alguna situación y así a lo mejor se le acaba premiando con algún tipo de recompensa.

Justificación de las competencias

2.4 Me hago preguntas relacionadas con el propio proceso de aprendizaje.
4.3 Elaboro hipótesis del porqué de este hecho y reflexiono sobre posibles conclusiones a las que llego, basadas siempre en fundamentación teórica.

martes, 5 de marzo de 2013

Mis competencias en relación al análisis DAFO


La experiencia que nos brinda el poder poner en práctica lo que hemos ido aprendiendo a lo largo de la carrera hace que repare en el hecho de que tanta teoría infundada me sirve de poco en las aulas ya que el día a día y la realidad cotidiana distan bastante de lo estudiado. Por tanto, considero que este ejercicio, que en apariencia es un simple análisis de los puntos fuertes y débiles que presenta el propio centro junto con las oportunidades y las amenazas del entorno pueden ayudarme a enfocar y redirigir la mirada, permitiéndome trabajar mis propias aptitudes y capacidades por tal de sacar el máximo rendimiento de la situación.

Veamos pues cual es la realidad de nuestro centro.

¿En que nos deberíamos apoyar (fortalezas)? ¿Qué debemos superar (debilidades)?¿Qué podemos aprovechar (oportunidades)?¿De qué nos deberíamos defender (amenazas)?

Antes de pasar a analizar más con detalle la situación de la escoleta de Ses Païses, me gustaría aclarar de antemano que considero que aún no dispongo de una opinión formada sobre el funcionamiento real del centro dado el poco tiempo que llevo realizando allí las prácticas, así pues, me basaré en primeras impresiones que, quizás a lo largo del semestre vaya modificando según las experiencias vividas.

En cuanto a las Debilidades, creo que me serviría de ayuda plantarme una serie de cuestiones iniciales para analizar con más detalle la realidad del centro: ¿qué debería mejorar? ¿Qué es lo que considero que se hace mal? ¿Qué cosas se deberían evitar? ¿Cuáles son las limitaciones de la Escuela? ¿Qué aspectos de la Escuela son más frágiles? etc.

En el caso de Ses Païsses durante estos días he podido observar que algunas veces el equipo docente cuando se refiere a un niño en particular lo etiqueta de alguna forma, bien sea resaltando su carácter, temperamento, actitud, situación familiar, higiene, etc.

Esto como futuro docente hace que me plantee ciertas cuestiones: ¿Cómo puede afectar este hecho a un niño en estas edades? ¿El hecho de ser resaltado por algún aspecto considerado negativo, puede coaccionar al niño? ¿Y por un hecho positivo?

Investigando sobre este tema, un poco más en profundidad, me doy cuenta de que tachar a un niño de “mentiroso”, de “cabezón”, de “tozudo” o por ejemplo decirle continuamente a una niña “ que graciosa eres” puede tener consecuencias negativas en los pequeños puesto que de alguna manera, en edades tan sumamente vulnerables, el niño puede “comprar” la idea de esa etiqueta y adaptarla a su vida diaria, esto provoca en el niño un comportamiento afín a su etiqueta con la única pretensión de cumplir las expectativas marcadas por el adulto.

Es un arma de doble filo, ya que, en mi caso, me doy cuenta de que en apariencia puede parecer un acto gracioso, inocente, pero quizás las repercusiones que puedan traer a la larga no compensen para nada ese pequeño gesto por tu parte. Si me baso en esta argumentación, me doy cuenta de que yo también etiqueto sin darme cuenta, normalmente suelo hacerlo resaltando aspectos positivos pero empleo mal el lenguaje. No digo: “Esto que has hecho es muy gracioso”, o “Esta hecho no me ha gustado” sino que habitualmente suelo decir: “Que graciosa eres” o “Que travieso eres”.

Así pues este hecho me sirve para reflexionar sobre la importancia del mensaje que transmitimos. Por otro lado, enlazándolo con el tema de las creencias me surge una nueva duda: ¿Cómo distinguimos un hecho que está bien de otro que está mal? En ocasiones no resulta tan evidente y, sin embargo, solemos defender a la supuesta “victima” y castigar o culpabilizar al supuesto “agresor” y en base a eso etiquetamos y tachamos a los niños de “esto” o “aquello”. Pero, ¿no se trata al fin y al cabo de otra creencia? Podemos hablar de ética, de moral, de civismo, de conductas de comportamiento, pero ¿No es cierto que en ocasiones, en las que no lo tenemos claro, actuamos según nuestra propia creencia? Si llora es que lo han agredido.

Considero que hay que tener excesivo cuidado con nuestras intervenciones y nuestros mensajes dado que un niño no “es” sino que un niño “hace”.

Por otro lado, otro aspecto que destacaría cómo débil en el centro es el tema de los proyectos. Hasta ahora lo que yo tenía entendido es que la enseñanza basada en proyectos es una estrategia educativa integral.

“El trabajo por proyectos busca la complicidad y la participación de los alumnos en las diferentes fases de desarrollo del mismo y aglutina las diferentes disciplinas en torno al tema de trabajo elegido convirtiéndose éste en una parte importante del proceso de aprendizaje. Se plantean actividades que se adaptan a los intereses de los niños, se respetan las individualidades y las habilidades diferentes y cada uno aporta en aquello que mejor se le da.

Este concepto se vuelve todavía más valioso en la sociedad actual en la que los maestros trabajan con grupos de niños que tienen diferentes estilos de aprendizaje, antecedentes étnicos y culturales y niveles de habilidad. Un enfoque de enseñanza uniforme no ayuda a que todos los estudiantes alcancen estándares altos; mientras que uno basado en proyectos, construye sobre las fortalezas individuales de los estudiantes y les permite explorar sus áreas de interés dentro del marco de un currículo establecido.

Las ideas que surgen a partir de acontecimientos y experiencias reales, que les interesan a los niños, darán lugar a respuestas y conclusiones reales y serán más difíciles de olvidar. Además, los alumnos encuentran los proyectos divertidos, motivadores y desafiantes porque desempeñan en ellos un papel activo tanto en la elección del tema a investigar como en todo el proceso de planificación y desarrollo”.( http://trabajarproyectos.blogspot.com.es/2009/05/el-trabajo-por-proyectos.html)

Pues lo que yo observo en el centro de Ses Païses es que la elección del tema no nace de la curiosidad de los pequeños ya que en el centro, se trabaja en base a tres proyectos y estos, cada año van rotando, de manera que un niño que ha sido escolarizado desde bebé, cuando llega al final de la etapa repite proyecto.

Ahora durante el segundo semestre trabajan un nuevo proyecto pero tampoco ha surgido de la curiosidad de los pequeños, ya desde el principio del curso saben cuál es: “el entorno”.

Me resulta curioso que lo hagan así, en el día a día en el aula, parece que las maestras sientan y vivan las actividades que se realizan,  y sin embargo la realidad más inmediata denota cierta comodidad y no atiende demasiado a las necesidades de los propios niños.

Sin ir más lejos, la semana pasada, durante la hora del recreo me di cuenta de cómo, a través de la curiosidad de uno de los niños por un pequeño caracol y sumado a mí repentina fascinación por haber encontrado algo tan pequeñito en el arenero, otros  niños se fueron acercaron y empezaron a querer saber qué es lo que llamaba nuestra atención. Inmediatamente varios niños se pusieron a buscar entre la arena y los utensilios y observaban expectantes que pasaba con los caracoles, ¿por qué algunos asomaban las antenas y otros sin embargo estaban vacíos? En ese momento me vino a la mente el tema de los proyectos: ¿No podría nacer de una situación así? ¿No sería mucho más interesante que los pequeños le encontraran una significatividad a sus inquietudes y obtuvieran respuestas a sus propias preguntas?

Evidentemente esto requiere una atención hacia los pequeños en todo momento, un  estar expectantes ante sus inquietudes y necesidades, una escucha y participación activa, unas ganas de superación, etc… y quizás a veces damos por hecho métodos o maneras de hacer que parece que se ajustan a esas necesidades y sin embargo nos equivocamos por completo.

Otro hecho y aspecto a destacar, para mí quizás el más específico y significativo es el tema de los horarios rígidos que mantiene el centro.

Tal y como hemos aprendido a lo largo de la carrera, la orientación temporal ejerce una gran influencia en cuanto a la estabilidad psíquica del niño/a; ésta se va interiorizando a partir de la sucesión y ritmo de las actividades que realiza.

La distribución del tiempo en el aula es un marco de referencia que ayuda al niño/a y al maestro/a en la tarea de tener que decidir qué se va a hacer después, o de saber de qué tiempo se dispone para realizar una actividad.

Es importante que los niños/as comprendan el horario, que tengan puntos de referencia claros para no andar perdidos en el tiempo y, las rutinas les ayudarán a ello, puesto que en los primeros meses de vida van a ofrecerles las primeras nociones temporales y los inicios de la estabilidad psíquica que comentaba anteriormente.

En la escoleta de Ses Païses, de manera diaria y sistemática dentro del aula, se siguen las mismas pautes:  de 9 a 9.30h juego libre mientras los pequeños llegan, se despiden de sus papas y recogen la estrella de mar con su foto pegada que hay en la puerta de la entrada para pegarla en un mural que hay en clase; a las 9.30h empieza la asamblea donde se pasa lista, se indica el tiempo que hace y se planifica la jornada; a las 10h desayuno y una vez han terminado se llevan a cabo los diferentes hábitos de higiene: lavar manos y cara y cambio de pañales; a continuación se realiza la actividad del día, luego patio y sobre las 12.15h recogen juguetes y entran de nuevo en el aula para descansar.

Hasta aquí perfecto, no obstante, el dilema para mí apareció la mañana en la que uno de los pequeños pidió agua durante el almuerzo y se le dijo que tenía que acabar primero de almorzar. Y no conforme con eso, en otra ocasión en la que se estaba realizando una de las actividades de nuevo un niño pidió agua y la contestación de la maestra fue que se la daría cuando fuese el momento de beber.

¿Acaso hay un momento específico para beber agua? ¿Acaso el niño tiene que regular su propio sistema, obviar las necesidades que el mismo cuerpo le pide y ceñirse a un horario? Y por otro lado ¿Qué manera de trabajar la autonomía es esa?

Un artículo publicado en la revista Guía Infantil (La cantidad de agua que deben beber los niños) nos dice lo siguiente: “… para estar bien hidratado, hay que acostumbrar a los niños a tomar agua y este buen hábito forma parte del proceso educativo dirigido al cuidado del cuerpo. El agua ayuda a limpiar el organismo de toxinas y de elementos que deben expulsarse. Además, sirve para mejorar el metabolismo de los alimentos y es importante para evitar el estreñimiento. Por eso, es importante acostumbrar a los niños a beber agua, aunque no tengan sed. El agua que tomen los niños debe estar a temperatura ambiente y no demasiado fría, porque puede producir distensión abdominal.”

Intenté buscarle algún tipo de explicación, algo que pudiera justificar mínimamente un hecho así, el momento del almuerzo podría pasarlo por alto puesto que una vez terminan se les reparte un vaso a cada uno para que beban, aun así no lo comparto ya que en ocasiones se les da galletas o pan con queso y entiendo que un niño pueda necesitar beber un poco de agua para ayudarse, o ni tan siquiera eso, ¿es que un niño no puede tener sed antes de almorzar? El caso del aula para mí ya fue extremo ¿es por un tema de comodidad? ¿ creen que si le dan a uno todos pedirán? Y en caso de que así fuera ¿qué problema hay? Por otro lado ¿Por qué no disponen al alcance de los pequeños los vasos y el agua  así de esta manera fomentan la autonomía del pequeño?

Entiendo que yo, como mera observadora pueda estar teniendo una visión un tanto crítica de las situaciones pero a pesar de resaltar estos hechos considero que el centro de Ses Païsses persigue una buena línea metodológica e intenta potenciar al máximo las capacidades de los pequeños, no obstante, la práctica me permite aprender de los errores, los míos y los ajenos y por tanto me servirán de base como futura docente para afrontar algunas situaciones con las que me puedo encontrar.

Pasemos a hablar ahora de la Amenazas, ¿qué obstáculos debemos afrontar? ¿Qué factores externos pueden afectar a la Escuela negativamente? ¿Qué condicionantes del entorno pueden frustrar la consecución de los objetivos fijados?

Yo personalmente considero como amenaza dos grandes frentes: por un lado están las familias y por el otro los recortes.
En cuanto a las familias considero vital una buena adaptación por tal de poder establecer los vínculos que a posteriori marcaran la trayectoria del paso del niño por la escuela. Pero ¿cómo definimos periodo de adaptación?

Es difícil encontrar una definición para este período ya que nos encontramos con diferentes definiciones y perspectivas:

 El tiempo que se emplea para que el niño asimile felizmente la ruptura del lazo afectivo con su figura de apego” (Muñoz, 2006)
Proceso que permite el acceso a la separación del niño como una conquista y no como una aceptación más o menos resignada de una distancia impuesta” (Arnaiz, 2006)

La adaptación es el camino que cada niño vive en el plano de los sentimientos (afectivos, sociales o intelectuales), valorando lo que supone la separación de la familia y lo que su ingreso en el colegio le puede ofrecer.
Es un proceso mediante el cual el niño elabora emocionalmente las ventajas y los inconvenientes que le supone la separación de la familia, hasta llegar voluntariamente a una aceptación interna de la misma” (Ramón, 2008)

A nivel audiovisual también tenemos algunos vídeos que nos muestran diferentes visiones sobre este momento educativo:

http://www.youtube.com/watch?v=tDiu4KU7LSU ENTREVISTA MAESTRO INFANTIL


http://www.youtube.com/watch?v=HgnoF5Uht3E ENTREVISTA PSICÓLOGA INFANTIL

Esta búsqueda me ayuda a entender mejor los sentimientos encontrados que pueden surgir en las familias ante el hecho de entregarte lo más valioso para ellos, su hijo.

Por tanto, considero que es imprescindible y necesaria una buena reflexión y un enfoque de comunidad educativa en la que se propicie el respeto en cada momento por el espacio que cada miembro de esa comunidad ocupa y, por otro lado enfocar el momento de adaptación hacia las familias dándole la misma importancia que hacia el pequeño.
¿Cómo se podría conseguir esto? ¿Qué papel desempeña el centro? ¿Y el docente? ¿Y la familia?  

Con toda la información recopilada las conclusiones que extraigo son:
En cuanto a la familia considero que es necesario que tomen consciencia de la importancia del momento y que lo vivan sin dramatismos, evitando la ansiedad ante el abandono ya  que puede afectar al equilibrio emocional del niño; por otro lado la participación y colaboración con el centro educativo en el desarrollo del proceso es indispensable; la familia debe conocer el entorno educativo en el cual se desarrollará la vida escolar del pequeño; es favorable dar consignas positivas sobre el colegio al pequeño sin exagerar la realidad y por último es positivo familiarizar al niño con el nuevo centro para que la nueva experiencia no tenga tantos frentes de cambio.

En cuanto al papel del docente considero necesario que sepa aportar equilibrio emocional y seguridad tanto a las familias como al niño; que se informe sobre la situación particular de cada uno de los niños del grupo; que muestre una actitud comprensiva con las familias para facilitar su inclusión e implicación en el proceso; que sea capaz de crear un ambiente motivador, cálido, de confianza; crear también  nuevos vínculos afectivos con los niños sin recurrir a la seducción y fomentando relaciones positivas; ser flexible, paciente y sensible con las necesidades de los niños y sus familias; debe conseguir que el aula sea una continuidad de la vida familiar y además tener  capacidad de adaptación al nuevo grupo.
Por último el centro debe contemplar la reunión con las familias para concienciarlas de la importancia de este proceso; ha de saber sugerir y orientar a las familias sobre su posible participación en este período; se ha de mostrar como una escuela abierta a las familias y al entorno; ha de saber ofrecer respuestas adecuadas a las necesidades de los niños y a los imprevistos surgidos a lo largo del procedimiento; programar actividades adecuadas; planificar un cuidadoso y eficaz proceso de adaptación; explicar desde el momento de la matricula cómo será el proceso y por supuesto crear vínculos familia escuela (entrevistas, charlas, reuniones formales/ informales).

Dado que considero que la escoleta de Ses Païses trabaja esta posible amenaza y no tan solo durante el periodo de adaptación sino en el día a día tanto a nivel de centro como a nivel de aula, actualmente podemos considerar que se transforma pues en una  Oportunidad y por tanto deberíamos preguntarnos: ¿Qué acontecimientos o características del entorno pueden generar un impacto positivo en la Escuela? ¿Dónde están las mejores oportunidades que se podrían encontrar? Mi respuesta actual sería  las familias.
Para finalizar observemos que sucede en cuanto a las Fortalezas ¿Cuáles son las ventajas de la Escuela en relación a otros centros? ¿Qué cosas hacemos bien?¿Qué características de la Escuela permiten basar sobre ellas su crecimiento? Etc.
Personalmente considero que la Escoleta de Ses Païses trabaja por la integración de todos los profesionales que componen el centro, fomenta el trabajo en equipo, es una escuela abierta que persigue una pedagogía sistémica, tiene un ratio actual de 3:18 en sus aulas lo que proporciona y permite una atención más personalizada hacia los pequeños.

Pero en particular y para resaltar este último punto me gustaría centrarme en el momento de la asamblea ya que lo considero uno de los más importantes del día dado que, dentro del aula puede ser la vía para el descubrimiento de nuevos conceptos, elaborados por los niños, cuando el profesor comenta, explica o habla de temas en el trabajo cotidiano de aula.
El elemento motor de la asamblea es la conversación,  entendida como "una sucesión de varios intercambios relacionados entre sí, motivados por la propia dinámica del diálogo, sin intervención directa en la acción" (Juárez y Monfort, 1972).

La tutora es la que se encarga normalmente de llevarla a cabo y suele iniciarse con la canción del “Bon Dia”, acto seguido, desde hace una semana, deja que sea un niño, cada semana uno distinto, quien se encargue de pasar lista y uno por uno, cuando se muestra la cartulina que contiene su foto, se levantan, la enganchan en el mural y saludan al resto de niños.
En el currículo de etapa descubrimos que se pone el énfasis en la comunicación extendiéndose al ámbito de la comprensión y la expresión, ya que el objetivo es que los niños aprendan a interpretar y producir mensajes dentro de sus contextos naturales.

Así pues considero que la asamblea es un marco idóneo para desarrollar la capacidad generalizadora y conceptual: "Ante una situación que surge, hay que responder, y para ello hay que movilizar experiencias anteriores, elaborar una hipótesis de acción, actuar según las ideas, comparar si el resultado es el que se preveía o no" (Díez Navarro,1995).
Ahora bien, conversar dentro del aula con niños de edades comprendidas entre los 2 y los 3 años, como es mi caso,  no resulta fácil. A veces se me olvida la edad que tienen y me doy cuenta de que mi mensaje no les llega, bien porque no soy lo suficientemente clara y directa, bien porque no acompaño el gesto con las palabras, bien porque a veces se me escapa la risa ante diversas situaciones, etc. Me doy cuenta que  suscitar un interés común de conversación, muchas veces es complicado, ya que los niños suelen hablar, espontánea y desordenadamente, de sus "intereses".

Por consiguiente veo que es importante que la asamblea se realice en un espacio delimitado, en torno a una colchoneta y que de alguna manera lo haga parecer como algo diferente del espacio global del aula, esto facilita una comunicación más íntima y próxima.
Por otro lado observo que la duración de las sesiones no debe prolongarse en exceso ya que los niños, de manera progresiva van perdiendo el interés, no obstante, dado que el almuerzo lo tienen a las diez, la asamblea nunca se ha alargado en exceso. Algunas mañanas, si los pequeños estaban algo más alborotados de lo habitual la tutora les cantaba diferentes canciones que le ayudaban a captar la atención de los pequeños y normalmente, es la manera en cómo se inicia la asamblea.

Lo que he notado también es que las intervenciones de los niños y niñas no son planificadas y eso hace que exista un lenguaje espontáneo, activo y muy significativo y por consiguiente, ofrece la posibilidad  de establecer relaciones recíprocas, además de una gran capacidad de adaptación, de flexibilidad, de imaginación y reflejos lingüísticos.
Finalmente concluyo diciendo que aunque en apariencia pueda resultar un momento cualquiera, en el que los niños permanecen sentados, formando un corro y cantando y hablando, es uno de los momentos más importantes del día ya que los ayudan a situarse tanto espacial como temporalmente y les permite ir creando las estructuras mentales que favorecerán su posterior desarrollo.

Justificación de las competencias

2.1 y 2.5 Quedan identificados los puntos fuertes y débiles en cuanto a capacidades y competencias profesionales por parte del equipo docente. Además recojo duda y dilemas que se me plantean.
3.1 y 3.2 Me hago preguntas sobre lo que observo y aporto mis propias reflexiones