Breve descripción del
caso
Esta mañana, al no hacer un buen día para salir al patio las maestras han
decidido ir a la sala de la luz con el fin de que los pequeños realicen música
con los diversos instrumentos que hay.
Me gustaría resaltar que este espacio únicamente se utiliza como último
recurso. Es una lástima, considero que la sala de la luz a partir de la luz,
ordinaria o ultravioleta, ofrece a los niños y a las niñas nuevas sensaciones,
mientras manipulan y experimentan con diferentes objetos materiales y, al mismo
tiempo les permite observar su transformación.
Los niños expresaban un gran entusiasmo y se mostraban algo agitados. Uno
de los pequeños, que ya de por si habitualmente muestra un comportamiento muy
vital y requiere de una mayor atención estaba especialmente motivado por la
nueva situación y continuamente repetía que quería tocar el tambor.
Reconstrucción
completa de la situación
Llegamos
a la sala de la luz y las maestra piden a los niños que se sienten en el suelo.
Se les anticipa que van a hacer y se les muestra. Las maestras les dicen: ¿Sabéis
qué vamos a hacer ahora? Vamos a tocar instrumentos.
Los
niños, unos más que otros manifestaban entusiasmo e inquietud por coger los
instrumentos y empezar a tocar. Pero en especial A. estaba agitado e insistía
que él quería tocar el tambor.
A:
¿A mí me das el tambor vale?
Las
maestras al principio no hacían caso a su petición, seguían mostrando los
diferentes instrumentos, alzándolos para que todos los vieran y mostrando su
sonido.
A:
Vale pero yo quiero el tambor
M:
Ay!! A. que pesadito te pones.
Ante su insistencia las maestras deciden que él no tocará el
tambor y, además lo dejan el último durante el reparto de los diferentes
instrumentos. ¿Es esa una buena manera de proceder? Me pregunté yo.
Reflexión
Lo
cierto es que yo hubiera obrado de otra manera. Si bien es cierto que el
pequeño se mostraba insistente y repetía que él quería tocar el tambor también
había otros que mostraban una actitud más tímida y reservada y no parecían
entusiasmarse con los diferentes instrumentos. Entonces, ¿por qué castigar al
niño que muestra una actitud entusiasta y premiar al que sin embargo se muestra
indiferente ante esa situación? Yo hubiera permitido que el pequeño tocara el
instrumento que tanto deseaba e incluso que les mostrara a sus compañeros como
lo hacía y después en todo caso le hubiera ofrecido la posibilidad de que
dejara que otros compañeros también lo hicieran sonar dándole a él la
oportunidad de que probara otros instrumentos.
Una
vez más estos hechos me hacen replantearme el tema del castigo y la recompensa
que anteriormente comentaba y las repercusiones que pueden tener en un niño.
Tal vez de este hecho el niño aprenda, ¿pero cuál es la lectura que
posiblemente extraerá? Que quizás es más prudente no mostrar un entusiasmo tan
vital ante alguna situación y así a lo mejor se le acaba premiando con algún
tipo de recompensa.
Justificación de las competencias
2.4 Me hago preguntas relacionadas con el propio proceso de aprendizaje.
4.3 Elaboro hipótesis del porqué de este hecho y reflexiono sobre posibles conclusiones a las que llego, basadas siempre en fundamentación teórica.
Justificación de las competencias
2.4 Me hago preguntas relacionadas con el propio proceso de aprendizaje.
4.3 Elaboro hipótesis del porqué de este hecho y reflexiono sobre posibles conclusiones a las que llego, basadas siempre en fundamentación teórica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario