martes, 5 de marzo de 2013

Mis competencias en relación al análisis DAFO


La experiencia que nos brinda el poder poner en práctica lo que hemos ido aprendiendo a lo largo de la carrera hace que repare en el hecho de que tanta teoría infundada me sirve de poco en las aulas ya que el día a día y la realidad cotidiana distan bastante de lo estudiado. Por tanto, considero que este ejercicio, que en apariencia es un simple análisis de los puntos fuertes y débiles que presenta el propio centro junto con las oportunidades y las amenazas del entorno pueden ayudarme a enfocar y redirigir la mirada, permitiéndome trabajar mis propias aptitudes y capacidades por tal de sacar el máximo rendimiento de la situación.

Veamos pues cual es la realidad de nuestro centro.

¿En que nos deberíamos apoyar (fortalezas)? ¿Qué debemos superar (debilidades)?¿Qué podemos aprovechar (oportunidades)?¿De qué nos deberíamos defender (amenazas)?

Antes de pasar a analizar más con detalle la situación de la escoleta de Ses Païses, me gustaría aclarar de antemano que considero que aún no dispongo de una opinión formada sobre el funcionamiento real del centro dado el poco tiempo que llevo realizando allí las prácticas, así pues, me basaré en primeras impresiones que, quizás a lo largo del semestre vaya modificando según las experiencias vividas.

En cuanto a las Debilidades, creo que me serviría de ayuda plantarme una serie de cuestiones iniciales para analizar con más detalle la realidad del centro: ¿qué debería mejorar? ¿Qué es lo que considero que se hace mal? ¿Qué cosas se deberían evitar? ¿Cuáles son las limitaciones de la Escuela? ¿Qué aspectos de la Escuela son más frágiles? etc.

En el caso de Ses Païsses durante estos días he podido observar que algunas veces el equipo docente cuando se refiere a un niño en particular lo etiqueta de alguna forma, bien sea resaltando su carácter, temperamento, actitud, situación familiar, higiene, etc.

Esto como futuro docente hace que me plantee ciertas cuestiones: ¿Cómo puede afectar este hecho a un niño en estas edades? ¿El hecho de ser resaltado por algún aspecto considerado negativo, puede coaccionar al niño? ¿Y por un hecho positivo?

Investigando sobre este tema, un poco más en profundidad, me doy cuenta de que tachar a un niño de “mentiroso”, de “cabezón”, de “tozudo” o por ejemplo decirle continuamente a una niña “ que graciosa eres” puede tener consecuencias negativas en los pequeños puesto que de alguna manera, en edades tan sumamente vulnerables, el niño puede “comprar” la idea de esa etiqueta y adaptarla a su vida diaria, esto provoca en el niño un comportamiento afín a su etiqueta con la única pretensión de cumplir las expectativas marcadas por el adulto.

Es un arma de doble filo, ya que, en mi caso, me doy cuenta de que en apariencia puede parecer un acto gracioso, inocente, pero quizás las repercusiones que puedan traer a la larga no compensen para nada ese pequeño gesto por tu parte. Si me baso en esta argumentación, me doy cuenta de que yo también etiqueto sin darme cuenta, normalmente suelo hacerlo resaltando aspectos positivos pero empleo mal el lenguaje. No digo: “Esto que has hecho es muy gracioso”, o “Esta hecho no me ha gustado” sino que habitualmente suelo decir: “Que graciosa eres” o “Que travieso eres”.

Así pues este hecho me sirve para reflexionar sobre la importancia del mensaje que transmitimos. Por otro lado, enlazándolo con el tema de las creencias me surge una nueva duda: ¿Cómo distinguimos un hecho que está bien de otro que está mal? En ocasiones no resulta tan evidente y, sin embargo, solemos defender a la supuesta “victima” y castigar o culpabilizar al supuesto “agresor” y en base a eso etiquetamos y tachamos a los niños de “esto” o “aquello”. Pero, ¿no se trata al fin y al cabo de otra creencia? Podemos hablar de ética, de moral, de civismo, de conductas de comportamiento, pero ¿No es cierto que en ocasiones, en las que no lo tenemos claro, actuamos según nuestra propia creencia? Si llora es que lo han agredido.

Considero que hay que tener excesivo cuidado con nuestras intervenciones y nuestros mensajes dado que un niño no “es” sino que un niño “hace”.

Por otro lado, otro aspecto que destacaría cómo débil en el centro es el tema de los proyectos. Hasta ahora lo que yo tenía entendido es que la enseñanza basada en proyectos es una estrategia educativa integral.

“El trabajo por proyectos busca la complicidad y la participación de los alumnos en las diferentes fases de desarrollo del mismo y aglutina las diferentes disciplinas en torno al tema de trabajo elegido convirtiéndose éste en una parte importante del proceso de aprendizaje. Se plantean actividades que se adaptan a los intereses de los niños, se respetan las individualidades y las habilidades diferentes y cada uno aporta en aquello que mejor se le da.

Este concepto se vuelve todavía más valioso en la sociedad actual en la que los maestros trabajan con grupos de niños que tienen diferentes estilos de aprendizaje, antecedentes étnicos y culturales y niveles de habilidad. Un enfoque de enseñanza uniforme no ayuda a que todos los estudiantes alcancen estándares altos; mientras que uno basado en proyectos, construye sobre las fortalezas individuales de los estudiantes y les permite explorar sus áreas de interés dentro del marco de un currículo establecido.

Las ideas que surgen a partir de acontecimientos y experiencias reales, que les interesan a los niños, darán lugar a respuestas y conclusiones reales y serán más difíciles de olvidar. Además, los alumnos encuentran los proyectos divertidos, motivadores y desafiantes porque desempeñan en ellos un papel activo tanto en la elección del tema a investigar como en todo el proceso de planificación y desarrollo”.( http://trabajarproyectos.blogspot.com.es/2009/05/el-trabajo-por-proyectos.html)

Pues lo que yo observo en el centro de Ses Païses es que la elección del tema no nace de la curiosidad de los pequeños ya que en el centro, se trabaja en base a tres proyectos y estos, cada año van rotando, de manera que un niño que ha sido escolarizado desde bebé, cuando llega al final de la etapa repite proyecto.

Ahora durante el segundo semestre trabajan un nuevo proyecto pero tampoco ha surgido de la curiosidad de los pequeños, ya desde el principio del curso saben cuál es: “el entorno”.

Me resulta curioso que lo hagan así, en el día a día en el aula, parece que las maestras sientan y vivan las actividades que se realizan,  y sin embargo la realidad más inmediata denota cierta comodidad y no atiende demasiado a las necesidades de los propios niños.

Sin ir más lejos, la semana pasada, durante la hora del recreo me di cuenta de cómo, a través de la curiosidad de uno de los niños por un pequeño caracol y sumado a mí repentina fascinación por haber encontrado algo tan pequeñito en el arenero, otros  niños se fueron acercaron y empezaron a querer saber qué es lo que llamaba nuestra atención. Inmediatamente varios niños se pusieron a buscar entre la arena y los utensilios y observaban expectantes que pasaba con los caracoles, ¿por qué algunos asomaban las antenas y otros sin embargo estaban vacíos? En ese momento me vino a la mente el tema de los proyectos: ¿No podría nacer de una situación así? ¿No sería mucho más interesante que los pequeños le encontraran una significatividad a sus inquietudes y obtuvieran respuestas a sus propias preguntas?

Evidentemente esto requiere una atención hacia los pequeños en todo momento, un  estar expectantes ante sus inquietudes y necesidades, una escucha y participación activa, unas ganas de superación, etc… y quizás a veces damos por hecho métodos o maneras de hacer que parece que se ajustan a esas necesidades y sin embargo nos equivocamos por completo.

Otro hecho y aspecto a destacar, para mí quizás el más específico y significativo es el tema de los horarios rígidos que mantiene el centro.

Tal y como hemos aprendido a lo largo de la carrera, la orientación temporal ejerce una gran influencia en cuanto a la estabilidad psíquica del niño/a; ésta se va interiorizando a partir de la sucesión y ritmo de las actividades que realiza.

La distribución del tiempo en el aula es un marco de referencia que ayuda al niño/a y al maestro/a en la tarea de tener que decidir qué se va a hacer después, o de saber de qué tiempo se dispone para realizar una actividad.

Es importante que los niños/as comprendan el horario, que tengan puntos de referencia claros para no andar perdidos en el tiempo y, las rutinas les ayudarán a ello, puesto que en los primeros meses de vida van a ofrecerles las primeras nociones temporales y los inicios de la estabilidad psíquica que comentaba anteriormente.

En la escoleta de Ses Païses, de manera diaria y sistemática dentro del aula, se siguen las mismas pautes:  de 9 a 9.30h juego libre mientras los pequeños llegan, se despiden de sus papas y recogen la estrella de mar con su foto pegada que hay en la puerta de la entrada para pegarla en un mural que hay en clase; a las 9.30h empieza la asamblea donde se pasa lista, se indica el tiempo que hace y se planifica la jornada; a las 10h desayuno y una vez han terminado se llevan a cabo los diferentes hábitos de higiene: lavar manos y cara y cambio de pañales; a continuación se realiza la actividad del día, luego patio y sobre las 12.15h recogen juguetes y entran de nuevo en el aula para descansar.

Hasta aquí perfecto, no obstante, el dilema para mí apareció la mañana en la que uno de los pequeños pidió agua durante el almuerzo y se le dijo que tenía que acabar primero de almorzar. Y no conforme con eso, en otra ocasión en la que se estaba realizando una de las actividades de nuevo un niño pidió agua y la contestación de la maestra fue que se la daría cuando fuese el momento de beber.

¿Acaso hay un momento específico para beber agua? ¿Acaso el niño tiene que regular su propio sistema, obviar las necesidades que el mismo cuerpo le pide y ceñirse a un horario? Y por otro lado ¿Qué manera de trabajar la autonomía es esa?

Un artículo publicado en la revista Guía Infantil (La cantidad de agua que deben beber los niños) nos dice lo siguiente: “… para estar bien hidratado, hay que acostumbrar a los niños a tomar agua y este buen hábito forma parte del proceso educativo dirigido al cuidado del cuerpo. El agua ayuda a limpiar el organismo de toxinas y de elementos que deben expulsarse. Además, sirve para mejorar el metabolismo de los alimentos y es importante para evitar el estreñimiento. Por eso, es importante acostumbrar a los niños a beber agua, aunque no tengan sed. El agua que tomen los niños debe estar a temperatura ambiente y no demasiado fría, porque puede producir distensión abdominal.”

Intenté buscarle algún tipo de explicación, algo que pudiera justificar mínimamente un hecho así, el momento del almuerzo podría pasarlo por alto puesto que una vez terminan se les reparte un vaso a cada uno para que beban, aun así no lo comparto ya que en ocasiones se les da galletas o pan con queso y entiendo que un niño pueda necesitar beber un poco de agua para ayudarse, o ni tan siquiera eso, ¿es que un niño no puede tener sed antes de almorzar? El caso del aula para mí ya fue extremo ¿es por un tema de comodidad? ¿ creen que si le dan a uno todos pedirán? Y en caso de que así fuera ¿qué problema hay? Por otro lado ¿Por qué no disponen al alcance de los pequeños los vasos y el agua  así de esta manera fomentan la autonomía del pequeño?

Entiendo que yo, como mera observadora pueda estar teniendo una visión un tanto crítica de las situaciones pero a pesar de resaltar estos hechos considero que el centro de Ses Païsses persigue una buena línea metodológica e intenta potenciar al máximo las capacidades de los pequeños, no obstante, la práctica me permite aprender de los errores, los míos y los ajenos y por tanto me servirán de base como futura docente para afrontar algunas situaciones con las que me puedo encontrar.

Pasemos a hablar ahora de la Amenazas, ¿qué obstáculos debemos afrontar? ¿Qué factores externos pueden afectar a la Escuela negativamente? ¿Qué condicionantes del entorno pueden frustrar la consecución de los objetivos fijados?

Yo personalmente considero como amenaza dos grandes frentes: por un lado están las familias y por el otro los recortes.
En cuanto a las familias considero vital una buena adaptación por tal de poder establecer los vínculos que a posteriori marcaran la trayectoria del paso del niño por la escuela. Pero ¿cómo definimos periodo de adaptación?

Es difícil encontrar una definición para este período ya que nos encontramos con diferentes definiciones y perspectivas:

 El tiempo que se emplea para que el niño asimile felizmente la ruptura del lazo afectivo con su figura de apego” (Muñoz, 2006)
Proceso que permite el acceso a la separación del niño como una conquista y no como una aceptación más o menos resignada de una distancia impuesta” (Arnaiz, 2006)

La adaptación es el camino que cada niño vive en el plano de los sentimientos (afectivos, sociales o intelectuales), valorando lo que supone la separación de la familia y lo que su ingreso en el colegio le puede ofrecer.
Es un proceso mediante el cual el niño elabora emocionalmente las ventajas y los inconvenientes que le supone la separación de la familia, hasta llegar voluntariamente a una aceptación interna de la misma” (Ramón, 2008)

A nivel audiovisual también tenemos algunos vídeos que nos muestran diferentes visiones sobre este momento educativo:

http://www.youtube.com/watch?v=tDiu4KU7LSU ENTREVISTA MAESTRO INFANTIL


http://www.youtube.com/watch?v=HgnoF5Uht3E ENTREVISTA PSICÓLOGA INFANTIL

Esta búsqueda me ayuda a entender mejor los sentimientos encontrados que pueden surgir en las familias ante el hecho de entregarte lo más valioso para ellos, su hijo.

Por tanto, considero que es imprescindible y necesaria una buena reflexión y un enfoque de comunidad educativa en la que se propicie el respeto en cada momento por el espacio que cada miembro de esa comunidad ocupa y, por otro lado enfocar el momento de adaptación hacia las familias dándole la misma importancia que hacia el pequeño.
¿Cómo se podría conseguir esto? ¿Qué papel desempeña el centro? ¿Y el docente? ¿Y la familia?  

Con toda la información recopilada las conclusiones que extraigo son:
En cuanto a la familia considero que es necesario que tomen consciencia de la importancia del momento y que lo vivan sin dramatismos, evitando la ansiedad ante el abandono ya  que puede afectar al equilibrio emocional del niño; por otro lado la participación y colaboración con el centro educativo en el desarrollo del proceso es indispensable; la familia debe conocer el entorno educativo en el cual se desarrollará la vida escolar del pequeño; es favorable dar consignas positivas sobre el colegio al pequeño sin exagerar la realidad y por último es positivo familiarizar al niño con el nuevo centro para que la nueva experiencia no tenga tantos frentes de cambio.

En cuanto al papel del docente considero necesario que sepa aportar equilibrio emocional y seguridad tanto a las familias como al niño; que se informe sobre la situación particular de cada uno de los niños del grupo; que muestre una actitud comprensiva con las familias para facilitar su inclusión e implicación en el proceso; que sea capaz de crear un ambiente motivador, cálido, de confianza; crear también  nuevos vínculos afectivos con los niños sin recurrir a la seducción y fomentando relaciones positivas; ser flexible, paciente y sensible con las necesidades de los niños y sus familias; debe conseguir que el aula sea una continuidad de la vida familiar y además tener  capacidad de adaptación al nuevo grupo.
Por último el centro debe contemplar la reunión con las familias para concienciarlas de la importancia de este proceso; ha de saber sugerir y orientar a las familias sobre su posible participación en este período; se ha de mostrar como una escuela abierta a las familias y al entorno; ha de saber ofrecer respuestas adecuadas a las necesidades de los niños y a los imprevistos surgidos a lo largo del procedimiento; programar actividades adecuadas; planificar un cuidadoso y eficaz proceso de adaptación; explicar desde el momento de la matricula cómo será el proceso y por supuesto crear vínculos familia escuela (entrevistas, charlas, reuniones formales/ informales).

Dado que considero que la escoleta de Ses Païses trabaja esta posible amenaza y no tan solo durante el periodo de adaptación sino en el día a día tanto a nivel de centro como a nivel de aula, actualmente podemos considerar que se transforma pues en una  Oportunidad y por tanto deberíamos preguntarnos: ¿Qué acontecimientos o características del entorno pueden generar un impacto positivo en la Escuela? ¿Dónde están las mejores oportunidades que se podrían encontrar? Mi respuesta actual sería  las familias.
Para finalizar observemos que sucede en cuanto a las Fortalezas ¿Cuáles son las ventajas de la Escuela en relación a otros centros? ¿Qué cosas hacemos bien?¿Qué características de la Escuela permiten basar sobre ellas su crecimiento? Etc.
Personalmente considero que la Escoleta de Ses Païses trabaja por la integración de todos los profesionales que componen el centro, fomenta el trabajo en equipo, es una escuela abierta que persigue una pedagogía sistémica, tiene un ratio actual de 3:18 en sus aulas lo que proporciona y permite una atención más personalizada hacia los pequeños.

Pero en particular y para resaltar este último punto me gustaría centrarme en el momento de la asamblea ya que lo considero uno de los más importantes del día dado que, dentro del aula puede ser la vía para el descubrimiento de nuevos conceptos, elaborados por los niños, cuando el profesor comenta, explica o habla de temas en el trabajo cotidiano de aula.
El elemento motor de la asamblea es la conversación,  entendida como "una sucesión de varios intercambios relacionados entre sí, motivados por la propia dinámica del diálogo, sin intervención directa en la acción" (Juárez y Monfort, 1972).

La tutora es la que se encarga normalmente de llevarla a cabo y suele iniciarse con la canción del “Bon Dia”, acto seguido, desde hace una semana, deja que sea un niño, cada semana uno distinto, quien se encargue de pasar lista y uno por uno, cuando se muestra la cartulina que contiene su foto, se levantan, la enganchan en el mural y saludan al resto de niños.
En el currículo de etapa descubrimos que se pone el énfasis en la comunicación extendiéndose al ámbito de la comprensión y la expresión, ya que el objetivo es que los niños aprendan a interpretar y producir mensajes dentro de sus contextos naturales.

Así pues considero que la asamblea es un marco idóneo para desarrollar la capacidad generalizadora y conceptual: "Ante una situación que surge, hay que responder, y para ello hay que movilizar experiencias anteriores, elaborar una hipótesis de acción, actuar según las ideas, comparar si el resultado es el que se preveía o no" (Díez Navarro,1995).
Ahora bien, conversar dentro del aula con niños de edades comprendidas entre los 2 y los 3 años, como es mi caso,  no resulta fácil. A veces se me olvida la edad que tienen y me doy cuenta de que mi mensaje no les llega, bien porque no soy lo suficientemente clara y directa, bien porque no acompaño el gesto con las palabras, bien porque a veces se me escapa la risa ante diversas situaciones, etc. Me doy cuenta que  suscitar un interés común de conversación, muchas veces es complicado, ya que los niños suelen hablar, espontánea y desordenadamente, de sus "intereses".

Por consiguiente veo que es importante que la asamblea se realice en un espacio delimitado, en torno a una colchoneta y que de alguna manera lo haga parecer como algo diferente del espacio global del aula, esto facilita una comunicación más íntima y próxima.
Por otro lado observo que la duración de las sesiones no debe prolongarse en exceso ya que los niños, de manera progresiva van perdiendo el interés, no obstante, dado que el almuerzo lo tienen a las diez, la asamblea nunca se ha alargado en exceso. Algunas mañanas, si los pequeños estaban algo más alborotados de lo habitual la tutora les cantaba diferentes canciones que le ayudaban a captar la atención de los pequeños y normalmente, es la manera en cómo se inicia la asamblea.

Lo que he notado también es que las intervenciones de los niños y niñas no son planificadas y eso hace que exista un lenguaje espontáneo, activo y muy significativo y por consiguiente, ofrece la posibilidad  de establecer relaciones recíprocas, además de una gran capacidad de adaptación, de flexibilidad, de imaginación y reflejos lingüísticos.
Finalmente concluyo diciendo que aunque en apariencia pueda resultar un momento cualquiera, en el que los niños permanecen sentados, formando un corro y cantando y hablando, es uno de los momentos más importantes del día ya que los ayudan a situarse tanto espacial como temporalmente y les permite ir creando las estructuras mentales que favorecerán su posterior desarrollo.

Justificación de las competencias

2.1 y 2.5 Quedan identificados los puntos fuertes y débiles en cuanto a capacidades y competencias profesionales por parte del equipo docente. Además recojo duda y dilemas que se me plantean.
3.1 y 3.2 Me hago preguntas sobre lo que observo y aporto mis propias reflexiones

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