jueves, 21 de marzo de 2013

Reflexión sobre las distintas jornadas escolares


Antes de iniciar esta reflexión me gustaría comentar que para llevarla a cabo he tomado como referencia dos jornadas de mis compañeros: una de Can Cantó y la otra de Cas Serres. No obstante, dado que yo no asisto en persona a ninguno de estos centros y, por tanto, las vivencias o descripciones son las aportadas por mis compañeros, tomaré como punto de partida Ses Païsses, el centro en el cual trabajo. El resto de jornadas me servirán de apoyo o contraste con la realidad que se vive en el centro indicado. Por tanto esta reflexión únicamente hace alusión a la manera que tiene Ses Païses de enfocar una jornada, las otras dos aportaciones de mis compañeros me ayudarán a tener más parámetros  y un mayor abanico de posibilidades sobre diferentes maneras de hacer. Por consiguiente resaltaré de ambas únicamente las fortalezas y oportunidades que he podido observar.


 

Aspectos a destacar de la jornada descrita:

La manera de proceder una vez entra el niño en el centro es la siguiente:

-          El adulto acompaña al niño hasta la clase.

-          Le ayuda a colgar su chaqueta fuera y a despegar la estrella que hay en la puerta con su foto.

-          Entra dentro del aula y el niño va al panel que hay en la pared y engancha su estrella

-          Se despide del niño y en caso de ser necesario aprovecha este momento para intercambiar  algún tipo de información con el tutor o profesor de soporte.

Observo que esta manera de proceder se lleva a cabo en los distintos centros y, a mi parecer es una buena práctica.

Día a día, vivimos en el aula las entradas de niñas, niños y sus familias. Son momentos cotidianos que experimentamos a más velocidad de la que probablemente nos gustaría, teniendo que actuar de manera improvisada e incluso en ocasiones nos pilla totalmente desprevenidos. Esto lo experimento cada mañana cuando por lo general la mayoría de niños entran agarrados fuertemente del familiar que los acompaña y no quieren quedarse en el aula. ¿Cómo podemos invitarlos a quedarse? Cada vez más siento que los niños ya me identifican dentro del aula como una más e incluso me llaman por mi nombre, que no es fácil. Así pues eso me ha dado cierta confianza para acercarme a ellos cuando llegan y ofrecerles un recibimiento caluroso y tierno.

Para mí es importante aprender a respetar cómo llegan las familias al aula, cómo se las recibe y acoge y cómo nos despedimos después de la jornada diaria. Son encuentros llenos de diversas emociones y distintas personas con historias y mundos personales propios.

Por tanto considero que la entrada tiene que invitar a querer entrar y por eso es importante que por ejemplo en las paredes haya motivos de referencia tanto para el niño como para sus familiares (fotografías, dibujos, saludo, etc.), y que tanto el espacio como las personas que lo habitan generen confianza. ¿Cómo podemos generarla? Observo que es importante tu capacidad de escucha, de observación y sobretodo de respeto. Por otro lado hay que saber atender las necesidades individuales, tanto de los familiares como de los niños ya que en ocasiones hay niños que precisan de tu atención en ese instante para desprenderse de su referente familiar y no vivir el momento de la separación como algo doloroso. Una familia no debería irse sin entrar en el aula, sin despedirse, sin un comentario de saludo personal en el que el niño perciba seguridad por ambas partes.

Otro aspecto que observo diferente entre los tres centros es el momento que destinan a realizar la asamblea. En el caso de Ses Païsses se realiza antes del almuerzo, sin embargo en el resto de centros se realiza después. Quizás este aspecto, que hasta el momento no me había cuestionado, me hace reflexionar sobre el hecho de que hacerlo antes del almuerzo supone tener un tiempo marcado para llevarla a cabo ya que el almuerzo se realiza a las diez. También ha sucedido que alguna mañana algún niño, a pesar de que el centro cierra sus puertas a las 9.30h, ha llegado un poco más tarde de la hora máxima establecida y esto ha provocado una interrupción de la asamblea.

Personalmente considero que la asamblea desempeña un papel fundamental en la Educación Infantil ya que nos ayuda a conseguir objetivos y contenidos; nos ayuda a desarrollar y adquirir las Competencias Básicas, principalmente: lingüística, social y ciudadana, matemática, aprender a aprender, cultural y artística y la de autonomía e iniciativa personal; nos ayuda a trabajar normas; nos ayuda a averiguar los conocimientos previos de los niños y niñas para ver de qué nivel tenemos que partir y nos ayuda a desarrollar la estructuración temporal, anticipando qué actividades realizaremos después.

¿Qué temas se tratan durante las asambleas? ¿Qué papel desempeñan los niños y las niñas? ¿Y el docente? ¿Somos conscientes de la importancia de ésta para el desarrollo de los pequeños? ¿Sabemos cuál es la relación que existe entre los distintos niveles de autonomía y las posibilidades de aprendizaje? ¿Podría descubrirse un proceso en “lo que hacemos” con el fin de ayudar a los niños en la conquista de su autonomía?

Es importante mantener un horario en el mismo orden que les garantice una ubicación espacio-temporal y vaya reforzando su identidad y autonomía ya que el hecho de brindarles la oportunidad de saber qué es lo que van a hacer una vez entran en el aula los ayuda en su proceso de aprendizaje. Si cada mañana se estipulara un momento diferente para realizar la asamblea no permitiría al niño una estructuración de su tiempo y, por consiguiente creo que le provocaría desorientación y desconcierto y por tanto menguaría su confianza.

 

Por otro lado, el hecho de aprovechar este momento para verbalizar y mostrar visualmente, mediante tarjetas con diferentes acciones de las que ellos forman parte, que es lo que van a hacer durante el día los ayuda a percibir el inicio y final de cada actividad de manera que, una vez más favorecemos a la creación de la concepción del tiempo.

 

No obstante creo que es necesario concienciarnos de la importancia de este momento y por consiguiente darle el espacio que se merece. En ocasiones tengo la sensación de que se ha convertido en una rutina más del día ya que por ejemplo mientras los niños están cantando la canción del “Bon dia” las tutoras hablan entre ellas y aprovechan ese instante para comentar alguna cosa. ¿No podríamos mediante la observación emplear este momento para destacar o enfatizar aspectos de los niños? El pequeño con NEE apenas dice palabras, suele comunicare mediante onomatopeyas o representaciones gestuales no obstante desde hace unos días ha empezado a decir alguna palabra y, en especial cuando cantamos esta canción, ¿Deberíamos enfatizar este momento y hacérselo notar? ¿Cómo lo conseguimos si no le prestamos la atención que merece?

 

Por otro lado, es un momento en el que los niños aprovechan para dialogar entre ellos o directamente con la tutora así que es imprescindible y primordial bajo mi punto de vista saber y aprender a escucharlos. Esto no creo que se consiga afirmando o contestando a lo que el niño expresa, yo creo que es necesario repetirlo y darle su importancia para que por un lado el niño se sienta parte del grupo y por otro para darle el valor que corresponde a sus verbalizaciones.

Por lo general en ambos centros se desarrolla el día de manera similar al de Ses Païsses. Hemos querido contrastar las diferentes sesiones de psicomotricidad ya que, en mi caso, me sorprendió cómo se llevaba a cabo en mi centro.

López (1995,9) dice: “para la infancia no es adecuado cualquier  tipo de sociedad, cualquier tipo de familia, cualquier tipo de relación, cualquier tipo de escuela, etc. Sino aquellas que le permiten encontrar respuestas a sus necesidades más básicas…”

 Así pues, si nos centramos en cómo podemos, desde el ámbito educativo, dar respuestas a las necesidades más básicas de los pequeños es necesario tener en cuenta la importancia de crear un clima que les permita tomar conciencia de que existen a partir de sus propias sensaciones, percepciones y experiencias.

Aprender a observar, sin filtro, cómo el niño utiliza los objetos y cómo los utiliza cuando se relaciona con los otros nos proporciona gran información sobre su manera de ser. Nos puede brindar la oportunidad de observar si los objetos que está utilizando son acordes a su edad, si son adecuados al juego que está realizando, que objetos son los que utiliza con mayor frecuencia, si los comparte… toda esta información nos ayuda a situar la etapa evolutiva en la que se encuentra  el niño.

También cabe destacar la importancia de la sala, de los materiales ofrecidos a los pequeños y del papel fundamental que desempeña el tutor. Los lugares existentes han de favorecer el desarrollo de una pedagogía que permita múltiples posibilidades expresivas.

La sala donde  se realizan las sesiones de psicomotricidad, por ejemplo, dispone de un amplio espacio, ya que utilizan el pabellón municipal que tienen al lado, esto les permite desplazarse libremente por todo el lugar de manera que dado que a estas edades hay que tener en cuenta que los pequeños se encuentran en una etapa de sensaciones, de tono, de emociones, de pocas imágenes mentales, etc. el hecho de disponer de un espacio diáfano, con variedad de material, en el cual pueden gritar, correr libremente, disfrazarse, saltar, trepar, rodar, etc. y por tanto “romper con las normes de dentro del aula” les permitirá, coincidiendo con la propuesta de desarrollo evolutivo descrito por Wallon, Piaget y Freud, experimentar contrastes y alternancias, los placeres sensoriomotores, el inicio del juego simbólico y, además un espacio para estimular la palabra trabajando a través de ella la escucha del otro, la atención, la inhibición del movimiento, la espera y los hábitos.

Por tanto, es importante que la distribución de la sala fomente, proporcione y atienda la prioridad de dichas actividades, ofreciendo a los niños la posibilidad de experimentar y desarrollar sus capacidades al máximo.

Si tenemos en cuenta lo anteriormente especificado y lo extrapolamos a la realidad del centro, la verdad es que la sala dónde los pequeños realizan psicomotricidad, una vez por semana, no está acondicionada ni persigue esta finalidad.

El material del cual disponen es pobre y poco variado, el espacio que destinan a psicomotricidad es una adaptación de una gran pista dentro del pabellón y, por tanto, no presenta colchonetas, ni materiales específicos para trabajar de manera concreta, con un objetivo claro y definido.

No obstante, gozan del privilegio del soporte de una PT, dado que en el aula hay un niño diagnosticado que presenta un retraso madurativo, y es ella la que se encarga, semanalmente, de sacarle el máximo partido al material y al espacio, organizando diferentes sesiones con distintos propósitos para fomentar y potenciar el máximo desarrollo de sus capacidades.

A raíz de la comparación entre jornadas de diversas escoletas observo que por lo general la manera de proceder es la misma en la mayoría de los centros. No obstante, me doy cuenta de la importancia que tiene, por un lado la actitud del docente, por otro la filosofía que presenta el centro y, un aspecto muy importante a destacar es el trabajo en equipo que se realiza.

Es vital que se procure un trabajo en equipo, que se fomente la colaboración y participación y que haya un espíritu de superación y construcción.

En apariencia diversos centros pueden presentar una misma manera de hacer, no obstante, si ahondamos más, observamos las brechas que pueden surgir al no tener una cohesión y un mismo enfoque entre los docentes.

Justificación de las competencias

3.1 Me hago preguntas sobre el funcionamiento del centro
3.2 Aporto reflexiones en cuanto a la propia organización: distribución del tiempo i el espacio, dinámicas de trabajo, coordinación entre el profesorado, relación con las familias, etc.
4.1 Además busco teorías que respalden mis inquietudes o reflexiones
4.2

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